La vestimenta es una máscara, un disfraz que nos permite esconder y disimular nuestra propia esencia, nuestros cuerpos ” imperfectos ” y, porque no? Hasta nuestro espíritu.
Esas máscaras, a veces, son necesarias para vivir en sociedad .Sin embargo su uso continuo nos impide sentirnos, vernos y aceptarnos tal como somos . Nos esclavizan, nos muestran una imagen que no es propia y nos obligan a vivir una vida que no es nuestra.
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Finalmente terminamos atrapados por nuestra propia máscara, por modas y modelos que otros nos imponen aunque creamos aceptar en forma voluntaria. Quedamos tan sepultados y las máscaras se nos pegan tanto, que terminamos creyéndola como parte de nosotros mismos.
Es posible que quien se quite esa o esas máscaras, quien se desnude, sea visto como a un loco a los ojos de un mundo donde lo normal es ocultarse. Es un riesgo que corremos…Pero el desnudo nos permite mostrarnos tal cual somos, aceptarnos a nosotros mismos y aceptar a los demás
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Finalmente el desnudo social termina siendo un círculo de locos donde todos mostramos la verdad, una verdad que no es perfecta, pero que es real : Un cuerpo y un espíritu único e irrepetible
Es un proceso de madurez de la persona, que requiere la valentía de arrancarse todas las máscaras y disfraces y atreverse a ser quien verdaderamente se es. Los siguientes textos literarios de Khalil Gibran y de Gilbert Brenson, nos cuentan de una bella forma el proceso de “ desmascarización” que nos conducen hacia nosotros mismos
Florencia Brenner
info@revistanudelot.com.ar
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“El Loco”
Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió: Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-
Corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones! Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas.
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Y cuando llegué a la plaza del Mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:-Miren! ¡Es un loco! Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras.
Y como si fuera presa de un trance, grité: -¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón…
Khalil Gibran.(1918)
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“ La máscara “
Cada vez que me pongo una máscara para tapar mi realidad, fingiendo ser lo que no soy, lo hago para atraer la gente.
Luego descubro que solo atraigo a otros enmascarados, alejando a los demás, debido a un estorbo: la máscara.
Uso la máscara va evitar que la gente vea mis debilidades; luego descubro queal no ver mi humanidad, los demás no me quieren por lo que soy, sino por la máscara.
Uso una máscara para preservar mis amistades; luego descubro que si pierdo un amigo por haber sido auténtico, realmente no era amigo mío, sino de la máscara.
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Me pongo una máscara para evitar ofender a alguien y ser diplomático;. Luego descubro que aquello que más ofende a las personas con las que quiero intimidar, es la máscara.
Me pongo una máscara, convencido de que es lo mejor que puedo hacer para ser amado .Luego descubro la triste paradoja: lo que más deseo lograr con mis máscaras, es precisamente lo que impido
Gilbert Brenson
http://www.motivaciones.org/ctoselamascara.htm |
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