Estaba trabajando en el norte de España en un proyecto vial y hacía más de 22 días que no tenía un día de descanso  por lo que resolvimos en el equipo parar el fin de semana Algunos integrantes españoles se fueron a sus ciudades a juntarse con sus familiares, un francés se fue a Burdeos y yo me quedé en Santander.,  una ciudad muy bonita, parecida en algún aspecto a Mar del Plata, con marcados  contrastes en el paisaje del mar, montaña, verde y acantilados, además su gastronomía espectacular.

Me encontraba el viernes por la noche tratando de planificar lo que hacer el sábado  y, había decidido ir a descansar a la playa y por la noche comer bien en un restaurante que está sobre la playa para celebrar en soledad el día de la Independencia, (era 9 de julio de 2005) y recodar mi bella Argentina. A las 6 de la mañana me despertó  un trueno, me levanté y por la ventana observé que llovía torrencialmente, y pensé "se pinchó el día de playa, veré que hago".  me acosté de nuevo. A la hora del desayuno, como seguía lloviendo, le pregunté al mozo qué se podía ir a conocer por los alrededores  y me dio varias alternativas, Santillana del Mar, El Capricho de Gaudí, las cuevas de Altamira, Cabarceno, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera, etc.(*), Entonces anoté todo en una servilleta de papel., finalicé el desayuno , puse la note-book en el baúl del auto, por si me aburría, y salí sin dirección preestablecida.

A los 20 minutos de marcha paró de llover pero seguía nublado, Transitaba por una ruta provincial muy estrecha, y paré en una estación de servicio a cargar nafta Allí me puse a conversar con el chico que me atendió, quien me contó que vivía a pocos metros de ahí ,que se dedicaba también al tambo,  que el mar estaba muy cerca, alrededor de los 800 metros, le consulté si podía dejar el auto ahí para ir caminando, ya que estaba todo embarrado a lo que respondió que no había problemas que fuera tranquilo ,que no pasaba nada.  Comencé a caminar por una típica aldea española. Cada casa tenía una o dos vacas en la planta baja y arriba el hogar donde vivía la gente, como es costumbre .

Cada vez que me acercaba a alguna persona, rápidamente se escondían. Creo que lo hacen por timidez, los aldeanos en todas las regiones son así, cuando ven un forastero se van adentro de sus casas,  Uno que venía con una vaca, me vio ,  ató la vaca a un árbol y se metió adentro de un corral y  cuando pasé por ahí no lo vi pero sentí que me estaba mirando. Creo que caminé bastante más de 800 metros y finalmente me encontré con el mar a lo lejos. Seguí caminando y llegué al borde de un acantilado de más o menos 30 metros de alto, en esos momento el cielo estaba casi despejado, me estaba asando.  

Seguí por el borde buscando la manera de poder bajar y tocar el agua .Llegué a un lugar en el que el terreno bajada un poco  con unas piedras dispuestas de una manera que se podía ir bajando con cuidado, recordé las clases de andinismo que tomé en mi juventud en Mendoza (soy de Godoy Cruz), y comencé con la aventura Venía bien, bajando de a poco cuando de repente resbalé y caí un par de metros golpeándome bastante la espalda y el codo.  Era  lógico, en Mendoza usaba calzado apropiado, acá tenía zapatillas de paseo y encima embarradas.  Intenté en reiteradas oportunidades subir y no pude, no llegaba ni siquiera saltando al borde de las piedras para poder escalar e irme. La única salida era por el mar, empecé a pensar cómo haría, miraba para ambos lados y sólo se veían piedras y acantilados.

Comencé a caminar. por suerte el agua cuando venía la ola me llegaba a la cintura y cuando se retiraba a los tobillos. Anduve varios minutos y la altura de las piedras no bajaba, hasta que adelante a unos 300 metros parecía que el mar entraba hacia el continente, la costa hacía como una curva. Llegué como pude..Estaba muy cansado de caminar por el agua esquivando piedras y más piedras, y pude divisar que al fondo había como una pequeña playa y hasta se veía gente.

 

Seguí caminando , esquivando las piedras y comencé a escuchar gritos, no le presté mucha atención ya que estaba ocupado en donde ponía los pies, no quería darme otro golpe A medida que me acercaba los gritos eran más fuertes y movían sus brazos como queriéndome echar, la gente se empezaba a amontonar, de repente vi que todos estaban desnudos. "Huy!!..., lo que me faltaba, me metí en una playa nudista y ahora piensan que los vengo a espiar, como no tenía intenciones de volverme pensé, cuando llego a la arena me saco la ropa e interpretarán que soy uno de ellos y no me gritarán más. "

 
Por fin llegué a la orilla, entre gritos y gesticulaciones me saqué las zapatillas, el pantalón, el calzoncillo y por último la remera, cuando la di vuelta vi que estaba completamente ensangrentada, enseguida me toqué la espalda y tenía una herida bastante grande que manaba sangre, casi me desmayo.

Me olvidé de decir que los gritos no los entendía porque eran en alemán, en ese mismo instante vino un joven que luego me enteré que era el que atendía el chiringo, y que por lo visto el único que hablaba español en ese lugar. Me consultaba si había naufragado, si me había caído con un avión, si había más heridos, las preguntas dentro de todo eran lógicas ya que al verme llegar desde el mar todos pensaban eso, de ahí los gritos y los ademanes, no era que me estaban echando sino que señalaban para atrás para ver si había más gente herida. .En definitiva me desnudé inútilmente Mientras hablaba con el joven vinieron corriendo dos mujeres que estaban con sus niños disfrutando de un día de playa, una de ellas con una valija de plástico, similares a las de pesca, pero con elementos para primeros auxilios, la otra mujer con una lona.  Me tomaron de la mano me sentaron, tomaron la presión el pulso y me colocaron boca abajo, me aplicaron una inyección, que hasta el día de hoy me duele,  me hicieron tomar una pastilla y se pusieron a trabajar en curarme la herida, luego comenzó una de ellas a pasarme una crema por todo el cuerpo, era protector solar, enseguida vino el esposo de una de ellas y colocó una sombrilla para protegerme del sol. Cuando terminaron de curarme la espalda me dieron vuelta boca arriba, estaba rodeado de varias personas que miraban como me asistían, siguieron colocándome crema en los lugares que faltaba.

Debido a los golpes, la inyección, las pastillas y el suave masaje me quedé dormido. Habré dormido como dos horas, me desperté y por un momento no sabía qué estaba haciendo ahí y qué me había pasado.

Cuando reaccioné me levanté y como sentía calor me fui al agua, así medio boleado como estaba sentí una agradable sensación al estar desnudo dentro del agua. Cuando salí me estaban esperando las dos chicas que me atendieron y me acostaron y me pusieron nuevamente un polvo cicatrizante que por supuesto se había salido cuando me mojé. Qué espíritu solidario el de esas mujeres, me atendieron como un rey sin siquiera saber quién era.

Traté de entablar una conversación pero fue imposible, sólo hablaban alemán, yo intenté en inglés, italiano y francés pero no hubo caso. En un momento me dirigí hacia el baño y comprobé que era unisex, había un hombre en el mingitorio, dos mujeres duchándose y una señora peinando una nena, qué nivel de civilización que han logrado en esta comunidad, pensé Al llegar la hora de emprender la retirada, apareció una de las señoras con mi ropa limpia, eso si....., sin planchar, ja, ja, ja, y en una bolsa de plástico el reloj, el dinero y las llaves del auto, que grande! Les agradecí a ambas mujeres con un beso y le pregunté sus nombres, pero fue imposible entenderles, sonaba como Fruu, Gruu, Zruu, y la otra como Jell, Zell, Nell o vaya a saber qué, debería haberles dicho que me lo escribieran, fue una lástima. Me dirigí hacia el chiringo para ver si el muchacho me orientaba para encontrar la estación de servicios y me decía que la más cercana estaba a más de 10 km.No puede ser!! le decía, tanto no había caminado. Una pareja canadiense que hablaba español se ofreció para llevarme, Salimos la ruta y por suerte encontramos la estación y el coche, el chico de la mañana ya no estaba, había un señor que me comentó que si hubiera tardado un poco más pensaba llamar a la policía , Temía que el auto fuera robado.

Los canadienses que no me veían muy bien, no me permitieron conducir, se subió la chica a mi auto y nos siguió hasta el hotel donde me dejaron. Esa noche por supuesto me quedé sin la cena del Día de la Independencia, al día siguiente no pude levantarme, llamé al médico, me internaron tres días haciéndome varias placas, estudios y me enyesaron el codo que estaba fisurado, A la semana ya estaba trabajando, mi espalda permaneció negra por más de un mes debido a los hematomas que tenía. Mientas estaba internado pensé en lo bien que me  había sentido  cuando entré al mar desnudo ,Después de todo la única diferencia  con el entrar vestido eran unos pocos cm2 de tela que me tapaban, Entonces qué es lo que hace la diferencia, lo físico o lo mental, dónde está el misterio??? De más está decir que si no hubiera ocurrido esto, jamás habría  ido a una playa nudista, ni siquiera por curiosidad. Ahora, no pisaría una playa que no fuera nudista.

Sebastián
seba1958@gmail.com

(*) Con el tiempo conocí todos los lugares que me habían recomendado y resultaron uno mejor que otro.