Los pueblos originarios sólo se vistieron con el afán de abrigo y protección; hoy, la historia se inclina por la vestimenta y la moda. A raíz de esto, vale la pena reflexionar en torno al desnudo, al pudor y a ciertas concepciones culturales.

La no aceptación y la connotación sexual de la propia desnudez fomenta , en la cultura occidental, una actitud racista y prejuiciosa que realza el contraste entre "la civilización vestida" y "el salvaje desnudo".

Por ejemplo, en la revista National Geographic, ¿por qué está permitido mostrar los senos de mujeres massai o de diferentes etnias y no de una mujer sin ropa en una playa convencional?

No hay que olvidar que el cuerpo humano tiene cualidades excepcionales lo cual hace que se considere una máquina perfecta y equilibrada. Su estructura física se puede acomodar a diferentes geografías, climas y ecosistemas del planeta.

Un cuerpo sin ropa es más consciente, porque la desnudez aumenta la sensibilidad y la experiencia sensorial.

Por el contrario, la vestimenta aísla del mundo, inhibiendo la habilidad de la piel de censar el entorno.

El escritor Paul Ableman comenta en su libro llamado Anatomy o( llakedness (La anatomía de la desnudez): "51 los primitivos perdieron su cultura al haber sido vestidos por los misioneros, también perdieron su entorno.

El aborigen olvidó el sol, la lluvia, la hierba bajo sus pies, el follaje que rozaba su piel cuando caminaba por el bosque, el agua de los lagos, los ríos y el océano, que se deslizaban junto a él, y sobre todo, la incesante comunión con el viento.

Al vestirse se produce un enorme cambio, y su magnitud tal vez pueda juzgarse por la aversión de los indios de Tierra del Fuego a adoptar vestimenta. Ellos vivían en un clima tan .duro, que el investigador "Charles Darwin observó nieve fundiéndose en los pechos desnudos de una mujer. Preferían el contacto dérmico con el entorno, hostil como era. a la pérdida de la sensación que implicaba vestir ropas".

Si en una habitación se reunieran cuatro mujeres desnudas -una árabe, una china, una occidental y una yanomami (etnia amazónica)- y entrara por sorpresa un hombre, la mujer árabe cubriría su rostro, la china se taparía los pies, la occidental estiraría los brazos para ocultar los senos y el pubis y la yanomami seguiría haciendo sus cosas como si nada.

El experimento mostraría que el uso de vestimenta es relativo, que el pudor no es un valor universal y que las comunidades que cultivan algún tipo de recato ocultan diferentes partes del cuerpo ante los ojos de otros.

Entonces cabe preguntar: ¿qué es el pudor?, ¿su existencia depende estrictamente de la Invención de los ornamentos y del vestido?

Algunos opinan que el pudor aparece en occidente como el angustioso recuerdo de una parte animal, instintiva y no racional.

Además, los celos masculinos habrían sido una de las razones poderosas para crear el vestido, y con éste, el pudor, que se manifestaría a través de un abanico de tabúes.

Resulta Interesante hacer notar que sólo es posible ser impúdico cuando se ha establecido una forma de pudor aceptada, por lo tanto, éste no es instintivo sino que es un fenómeno social, y cultural.

Como es de suponer, el desnudo no ejerce ninguna función erótica en los pueblos en los que no existe la vestimenta. La curiosidad, la fantasía y hasta la obsesión por el cuerpo desnudo fueron despertadas justamente por el hábito de permanecer siempre vestidos y por el Impacto que se obtiene al des-vestirse.

Así, el vestido aparece como un mecanismo regulador de las fronteras entre el erotismo y el pudor, dando lugar a la paradoja: la propensión a cubrir el cuerpo no ha reducido el interés sexual sino que, por el contrario, lo ha refinado y potenciado.

Se concluye que la desnudez no es erótica por sí misma, no es inherentemente sexual y la sexualidad es una cuestión de acción más que de grado de vestimenta.

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