Parque Tayrona, un paisaje imponente natural, ubicado en lo recóndito del Caribe Colombiano. Imperdible de ser visitado, por quienes disfrutan la vida en integridad

El Atlántico azul baña  una de las costas más hermosas de Colombia al nororiente de Santa Marta. Grandes rocas blancas se levantan en medio de las aguas rompiendo el horizonte o se convierten en mágicos caminos que ascienden busca de las huellas de los antiguos habitantes de estos parajes, que hoy conforman uno de los Parque nacionales más importantes del país: el Tyrona. Bahías, playas, manglares, arrecifes coralinos, peces, moluscos y algas comparten este fascinante lugar con cerros, bosques, matorrales, más de 100 especies de mamíferos, 200 especies de aves, 50 especies de reptiles y algunas ruinas arqueológicas que relatan la historia de los tayronas, uno de los pueblos prehispánicos más interesantes de Colombia.

CARTA AL CREADOR

Todo lo anterior, acompañado por las mujeres más hermosas de Colombia, el mundo y sus alrededores, porque aunque no lo creas hasta visitas de los mundos circunvecinos nos llega.

El agua que es muy escasa en otros lugares del planeta, en el parque Tayrona, brota natural y totalmente purificada, al punto que es consumible sin tratamiento alguno.

Como tú no te acuerdas como llegar, yo te lo voy a indicar. Cuando llegues a Colombia, por aire, tierra, mar o río, llegas a Santa Marta, ciudad que fue la primera colonizada por los españoles en América, luego invitas a tus amigos y amigas y los llevas al Rodadero, que es un balneario donde se confunde la naturaleza con las creaciones y edificaciones del hombre, visitas una de las tantas discotecas y bares pero para que no se te enojen de arriba, antes te pasas por cualquiera de los centros de oración que allí existe, porque como dice el viejo y conocido refrán, “El que reza y peca, empata”.

Al día siguiente, con ese guayabo, te pones lentes oscuros, tu morral con la carpa y los utensilios necesarios para hacer camping, tales como repelente para insectos, slip in, bronceador, bloqueador solar, linterna, y cuidado se te olvidan los condones. Tomas camino al parque Tayrona, acá si por tierra o por mar, si es por tierra, llegas al centro de la ciudad de Santa Marta, al mercado público y te montas en una camión mixto, que le dicen Chiva, aunque todavía no he podio saber porque ese sobrenombre. Te bajas en la entrada del parque y pagas para entrar, eso si, porque nosotros los humanos necesitamos platica y por eso te cobran la entrada, a los extranjeros les cuesta un poco más y a ti como vienes de fuera de este mundo, tu pago debe ser en Euros.

Si es por mar, llegas a Taganga, que es un pueblo de pescadores al norte de Santa Marta y te montas un una lancha de mar que te pasea por toda la costa, pudiendo recordar playas como playa cristal, las siete olas, neguange, playa del muerto y como 10 playas mas.

Al llegar, puedes hacerlo a un sitio que se llama Arrecifes, en esa zona, está Paraíso, El Edén, y la Unidad de Parque, que son las personas que dicen ser los administradores del parque.

En ese lugar, puedes tener la experiencia de ver el nacimiento de las tortugas, por el mes de julio a septiembre. Puedes hacer surfing, bañarte en la quebrada, comer pan de monte, jugos naturales, dormir en la playa o en carpas, mirar las noches estrelladas, bailar en una discoteca, escuchar los cuentos de los ancianos, ir a la roca del amor, conocer mas personas y la forma de tratarlas.

Si quieres seguir conociendo, te pasas por la Piscina , que es un lugar donde se formó una piscina natural, y te relajas de lo lindo, después llegas al Cabo San Juan del Guía pero pasando antes por la boca del lobo, playa afrodisíaca, que invita al amor. En el cabo, puedes dormir en carpas, en la playa, en el quiosco de la roca, que es un quiosco edificado en una roca en la cual pega el mar y es espectacular para pasar una noche.

Al día siguiente llegas a la boca del saco, o playa nudista, hay dos playas en la cual encuentras la paz que tanto anhelamos en Colombia, veras hermosas mujeres y hombres muy apuestos, claro, también hay campo para los feito, calvitos, gorditos, etc, lo interesante es que vivan la naturaleza tal y cual como tu nos mandaste a este mundo.

En estas playas, puedes hacer yoga, conocer gentes, jugar, leer, dormir, descansar, o simplemente dedicarte a hacer nada .Con esto quiero pedirte que nos dejes este paraíso tal cual como está, que no permitas que el hombre dañino llegue y se tire toda la naturaleza, y como siempre si decides aceptar la misión, y eres capturado, negaremos la existencia de nuestro vinculo.

Fraternalmente

DARWIS JOSE ORTIZ GIL

Santa Marta, Diciembre 21 de 2006.

Caminatas Nudistas en Colombia
MARTA ORRANTIA para Revista SOHO

El Parque Nacional, los domingos a las ocho de la mañana, es uno de los lugares más extraños de la ciudad. La cita era en la Torre del Reloj, donde un reloj moderno sobre un monumento cuadrado de mármol se encuentra detenido en las seis y cuarto… Comenzamos a subir a eso de las nueve y cuarto de la mañana. Nos acompañaban dos agentes de la Policía de Turismo, a quienes el Grupo Naturista de Bogotá (así se llaman a sí mismos quienes les gusta andar desnudos) había contactado días antes para que escoltaran la caminata. Subimos en silencio a través del parque hasta llegar a una colina cercana, desde donde se veía la arquitectura del lugar.
"Aquí nos detenemos un rato", dijo Édgar, el codirector del grupo, …Hicimos ejercicios de calentamiento y respiramos un poco. La gente bajaba en hordas desde la montaña. Niños , perros, ancianos, había de todo. Aún no sabía cómo iban a desnudarse frente a tantas personas. Seguimos subiendo por un tramo estrecho y rocoso…Estas caminatas nudistas no son frecuentes. Las realizan cada dos o tres meses. También cada dos o tres meses organizan un fin de semana en Melgar, en una finca alquilada, donde hacen todo lo que hace cualquiera en un paseo, pero desnudos. Les gusta también hacer yoga desnudos….. La playa del fondo en el Parque Tayrona es nudista…

…El ascenso es largo y difícil. Subimos hasta un plano, …Los más osados, como los nudistas, siguen por el filo de la montaña. Casi a las once de la mañana nos detenemos en un claro en el bosque.
"Aquí es donde nos despojamos de nuestra ropa", me dicen, y comienzan a desvestirse….
"Esta afición no es común en gente joven", me explicaba el líder antes de comenzar la escalada. "Los jóvenes tienen más pudor con su cuerpo. A los 35 ó 40 años ya uno se ha liberado de muchos tabúes y muchos miedos y es capaz de hacer esto tranquilo". Ellos no son jóvenes. Tienen la edad promedio del nudista, según su líder, pero se nota que hacen ejercicio, por lo menos los dos colombianos, que tienen las piernas fuertes y fibrosas y las nalgas firmes.

Llegamos a una cascada que rompe el bosque en dos. El agua bajaba del páramo, que debía quedar a unos 500 metros arriba. Hacía mucho frío, y los nudistas comenzaron a discutir sobre la posibilidad de bañarse. El venezolano se quitó las botas y las medias y tocó el agua con los pies. Édgar, mientras tanto, sacó una hornilla de su morral y puso a hacer agua de panela. Los agentes seguían mirando para otro lado.

…"¿Hay mujeres en el grupo naturista?", le pregunto a Édgar. "Sí. Hay pocas, pero las hay. Mi pareja está conmigo en el grupo, pero no quiso venir porque había periodistas. Igual, las mujeres nunca llegan solas, siempre están con alguien". "La relación es de 80% hombres y 20% mujeres", me cuenta el líder. "Nosotros hacemos cosas para incentivar su participación; por ejemplo, ofrecemos la estadía en Melgar a un precio inferior, pero algunas no vienen porque se quejan de que las invitan a salir, de que se meten con ellas". …Aún hay cosas que no me quedan claras. Todavía no sé por qué lo hacen. El líder vuelve a hablarme de los tabúes religiosos, culpa a la Iglesia, dice que Cristo estaba desnudo cuando lo bautizaron, y aunque yo estudié en un colegio católico, por más esfuerzos que hago, no puedo recordar que nos enseñaran algo así. "Pero el hombre no se vistió por religión. Se vistió por protección. Para protegerse del frío", le digo. "Sí —contesta—, pero del calor no hacía falta". Yo sigo discutiendo y respondo que sí hacía falta, que los árabes son prueba de ello. "Y además, se viste por protección", le digo, recordando las ramas de la montaña, el lodo, la lluvia. "Esas son caricias de la Naturaleza", me responde el líder. Me levanto las mangas de mi chaqueta, que me había quitado durante un rato, y veo que tengo los brazos llenos de rayones de las espinas de las matas. …

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