Se ha dicho que uno de los objetivos del Naturismo es el llamado “Respeto a si mismo “ .Además de la autoestima, uno de los elementos esenciales, hay también otro aspecto relacionado con la preservación del equilibrio, la paz interior, y la armonía emocional.

Los enojos contribuyen a romper con esta armonía y a generar violencia contra los demás o contra nosotros mismos. Uno se puede enojar consigo mismo o con el mundo. En cualquiera de los casos el enojo constituye un elemento negativo que nos juega en contra.

La gente suele enojarse con su trabajo, con su jefe, con su pareja, con un amigo, consigo mismo

Cada enfado es diferente en cuanto a su intensidad y a las causas que lo generan aunque siempre tienen algo en común: traen malestar a su portador.

El enojo tiene mucha fuerza, posee energía para resolver el obstáculo que lo frustra, pero cuando no logra canalizar adecuadamente esa energía, puede comenzar a lastimar y, en vez de resolver el problema, contribuye a generar más conflictos aún.

Cuando estamos fastidiados, aumenta nuestra fuerza física. Así, el hombre primitivo, al ver amenazado alguno de sus objetivos, lo resolvía con una confrontación cuerpo a cuerpo. Ante tal emoción, la respuesta fisiológica de su cuerpo, incrementaba su fuerza física para la lucha.

 

En la actualidad no necesitamos acrecentar nuestra fuerza para alcanzar nuestros objetivos, aunque los enojos y broncas existen igual. Lo importante es utilizar adecuadamente su fuerza, porque si no se lo expresa, o si se los retiene o si se convierte en una persecución vengativa, no resultará beneficioso para el que se enoja.

Los enfados o broncas pueden ser más o menos intensos, pueden ser recientes y hay casos en que persisten años. Muchas personas presentan dificultades para expresarlos, a veces lo asocian a una pelea, otras veces lo vivencian como “todo o nada”, en el sentido de que se debaten entre permanecer en silencio y/o temen perder el control de sí mismos en caso de hablar.

Cómo des-enojarse?

Des-enojarse requiere un aprendizaje, ejercitación y trabajo para poder canalizar el enojo de un modo adecuado, ponerlo en palabras, lograr que se convierta en algo que resuelve y no que nos daña.

Ante todo es necesario expresar en palabras el efecto que su acción generó en nosotros, hacerle saber al otro qué sentimos a causa de lo que hizo, el impacto que nos generó.

Pero también es importante señalarle una reparación posible, de qué modo puede evitarse esa situación para que no se repita en un futuro. Esta acción, permite fortalecernos, afirmarnos en lo que sentimos y pensamos.

El enojo no debe ser un fin en si mismo, sino un medio de resolver el problema. Si nos alejamos de la causa que lo provocó y tratamos de herir a quien lo generó se convierte en un fin en sí mismo en una forma de castigar a la persona que nos irritó.

Expresar el enojo no tiene porqué ser algo descalificador, humillante, ni de castigo e insulto hacia los demás. Como tampoco tiene que ser una descarga física hacia otro.

Habitualmente expresamos el enojo mediante gritos, insultos, venganzas, portazos, castigos, amenazas.

Entonces el enojo, en vez de resolver el problema, termina por agravarlo y a veces multiplicarlo.

Por ejemplo alguien se irrita con otro porque llega tarde a la cita y reacciona vengándose y haciéndolo esperar la próxima vez. Ante tal situación pierden ambos, ya que la relación suele deteriorarse y el otro pasa a ser un adversario, a “castigar” por el enojo generado. Así no expresa el desacuerdo ni una propuesta para resolverlo.

Enojarse no es sinónimo de pelearse. En una pelea, habrá un vencedor y un perdedor. En el enojo hay un problema a resolver. El primer paso por solucionarlo será describir, sin enjuiciar, aquello con lo que estamos en desacuerdo, aquello que nos frustra, cómo nos afecta eso y podamos expresar con claridad qué necesitamos para resolver la situación que generó el enojo.

La opción más sana ante el enojo es aprender a expresar con claridad el punto de vista propio de cada uno y proponer una reparación, manifestar lo que se necesita para que el enojo cese y no se repita en el futuro. Será necesario ensayar las respuestas sanas ante los enfados las veces que sean necesarias, darle a la energía del enojo la determinación para trabajar sobre el desacuerdo que genera, sin necesidad de castigos, ni humillaciones, porque en definitiva el que se enoja pierde.

Fuente: síntesis de “ Enojos” http://opinionsur.org.ar/joven/Enojos -Fuente foto : http://noticiaaldia.com/

Ilustraciones; http://www.zazzle.com