LA ESPADA EN TAI CHI CHUAN

Hablé en notas anteriores que TAI CHI CHUAN se practica también con armas: espada, sable y abanico.

De todas estas sin duda la más noble es la espada. Cuando se logra conseguir la técnica, la espada llega a ser la prolongación natural del brazo.

Y cuando esto ocurre, todo el cuerpo, la mente y el espíritu se acoplan armoniosamente siguiendo la evolución de la espada en un imaginario combate.

Y acá surge un elemento primordial para que la técnica y los movimientos sean creíbles: la imaginación. Si no imagino al “amigo” que enfrento, los movimientos, los cortes y bloqueos no serán creíbles.

Pero si logro visualizarlo, entonces la forma con espada toma otra dimensión distinta. Pasa a convertirse en “meditación en movimiento”.

Cómo lograr esa visualización ? Pues deberemos recordar volver hacia nuestro interior, rescatar al niño olvidado dentro nuestro. Recordar cómo un mundo mágico se abría en abanico cuando siendo niños desplegábamos nuestros soldaditos o el autito preferido o en el caso de las niñas esas muñecas que hablaban y pedían atención.

En otras palabras, abrirnos a la fantasía y volver a la vida esos seres mágicos que jugaban con nosotros. Entonces la espada será más que una hoja de acero que brilla, será la amiga que corta el aire, que protege lealmente a tu cuerpo, que vuela en feroz corte, que duerme recostada en tu brazo y que al final siempre te da la victoria, ya que no puede ser de otra forma cuando estás jugando.

 

Profesor Diego- Argentina

ditaichi@gmail.com

 

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