1 .- LA PARTIDA

Partió aquella turbulenta mañana del puerto del Callao, en un año solar que mi calendario no puede traducir....Y el mar muy agitado, salpicando su piel cetrina y desnuda.

Tan solo había conseguido el apoyo de la reina ACAPACHA , hija dilecta del Inca Capac...y los buenos designios del Dios Pachantepec, quien le había augurado el éxito en su alocada aventura de cruzar los mares..

La tripulación, esos rudos hombres de piel de cobre, habían sacrificado una llama al Dios antes de la partida, pero a pesar de ello, en sus corazones latía el miedo y la desesperanza.

Es verdad que tenían varias cacerías en su haber y estaban habituados a las canoas, pero jamás habían soñado entrar en las fauces de ese océano infinito, el reino del Dios Millpuna que devoraba las ofrendas tiradas al mar...

Sabían, temían que al llegar al horizonte caerían a las profundidades y serian tragados por este insaciable dios devorador. Nunca nadie había vuelto para contarlo...Pero la promesa de libertad del yugo del Inca que los mandaba a pulir piedras día tras día, los había animado en esta alocada empresa, en la que no creían...

Este hombre esta loco, murmuraban por lo bajo, solo Manco Pachamac se cree que la tierra es redonda...Ellos tampoco le habían creído, igual que el Consejo de Ancianos cuya irónica mirada no había desanimado al valeroso aventurero..Pero, el estaba convencido, sabia con certeza que la tierra giraba alrededor del Sol, y para girar debía ser redonda.

Había hecho los cálculos varias veces en las ventanas del templo del Sol allí en Machu Pichu, había tomado notas, hecho cuentas, ¡en fin, no podía estar equivocado!
Sabia, intuía, que no podían estar solos. Tenía que encontrar otros hombres y otras tierras, del lado oscuro del mundo, allí, donde el sol no iluminaba de día.
Manco Pachamac miraba con esperanza hacia el horizonte con su nuevo invento, un catalejo fabricado de caña de azúcar, que le permitía centrar su mirada en un punto fijo...

2- EL VIAJE

Habían pasado ya muchos días... Muchas noches, Muchas tempestades...Los cuerpos cobrizos se iba consumiendo por el hambre, la falta de agua, la desesperación de un destino incierto y la amenaza de ser devorados por Millpuna...Apenas podían durar unos pocos días más. El bien lo sabía.. Pero ante sus hombres, Pachamac conservaba la calma en su duro corazón incaico, La sonrisa constante disimulaba sus angustias. Eran solo SUS angustias..

Sus barcas, La WaWa, La Irqui y la ÑuÑu eran pequeños cascajos, similares a la cáscara de una nuez...Pero era todo lo que había podido conseguir...Eso, y las joyas de Acapacha, la hija mimada del inca Capac que desde niña lo miraba con ojos melancólico. No podía aflojar ni volver atrás, y menos ahora que ella había entregado sus brazaletes y narigueras de oro para ayudar a la causa. No podía defraudar a su amada reina de ojos de almendra. Soñaba febrilmente con su cuerpo, el que nunca seria suyo...

 

La noche iba cayendo en un mar azabache, La calma era intensa, casi molesta, después de la ultima tempestad, Sólo el recuerdo de los ojos color almendra alentaban su existir...NO, no debía desanimarse, por su Reina y por sus hombres que lo habían seguido sin demasiada convicción.

Había conseguido detener cualquier amotinamiento a costa de la promesa de hermosas tierras que serian de ellos, ávidas de cultivos. Ellos serian los adelantados, poseerían tierras, construirían fortalezas y algún día llegarían a formar su propio reino, lejos del Inca., lejos de yugo

.Todo era silencio esa noche, y solo se dejaba escuchar el batir de las olas contra la Wawa, .cuyo mástil ya había sido reparado dos veces... Y todo era silencio, El silencio de la desesperanza, del destino incierto...

 

3- “LA PACHA , “

Repentinamente un solo ruido irrumpió en su soledad. Pero...no era un ruido, era un grito en la noche, un grito de esperanza “Pacha, Pachaaaaaaaaaaaaa!!....... Gritaba el minúsculo hombrecito subido al mástil mayor., mientras agitaba sus brazos en remolino para llamar la atención hacia el horizonte..

Este grito cambió la vida de Manco Pachamac!!! ¡Y también la historia del mundo!
No había estado errado, la Pacha seguía del otro lado de las aguas... ¡y se la veía cada vez más cercana!!!

Tomo nuevamente el catalejo y enfocó un punto, allí lejos, en el horizonte! Su corazón latía con fuerza, se salía de su pecho. ¡Bendito sea Pachantepec, hijo del Sol!!
Bendita sea mi Reina, bendita sea su confianza en mi ¡!! Una plegaria de agradecimiento fue emergiendo de los hombres cobrizos y sudorosos, que se hincaron de rodillas ante el astro Rey...

 

4- -EL DESEMBARCO

Solo una pequeña comitiva, tan solo unos pocos armados con lanzas pisaron cautelosamente la nueva Pacha ,

¡La bautizaremos, ACAPACHA, en honor a nuestra reina, la hija del sol!!
Se arrodillaron y oraron hasta que el astro Rey ocupó su trono en lo alto del cielo, allí desde donde abrazaba sus desnudos cuerpos., ahora casi piel y huesos.

Allá lejos, entre la espesura, unas figuras ataviadas de sedas, y piedras preciosas, los observaba con desconfianza y aprehensión... ¿Serían enemigos??? ¿Estos hombres desnudos que habían venido del mar no parecían ser peligrosos, por que sino estarían desnudos?

Las horas pasaban, y Manco Pachamac tenía que tomar una decisión, y no podía equivocarse. Sus hombres lo miraban con expectativa, y sentía la mirada de los extraños sobre sus cuerpos desnudos, una mirada extraña, tenía miedo, mucho miedo ahora que había llegado a la meta soñada...

Decidió encararlos, pensando en los ojos de su Reina. El encuentro se llevo a cabo en la mismísima costa de Acapacha, como la habían bautizado. Esta imagen quedaría gravada después por los siglos en los libros de los estudiantes. Y en las memorias de los historiadores.

El grupo de figuras desnudas avanzaban con paso decidido, pero humilde, respetuoso, al fin estaban en tierras de otros y debían esperar ser invitados…Las extrañas figuras, estáticas, los miraban avanzar, en silencio, cual testigos de piedra..

.Pero también ellos tenían miedo, MUCHO miedo... el miedo a lo desconocido, a lo inesperado, el miedo al cambio,

 

5- EL ENCUENTRO

Entonces, se produjo el encuentro, ese encuentro que cambiaria la historia del mundo para todas las generaciones venideras.

A la cabeza del grupo se destacaba una figura con armadura de hierro. Montaba un caballo negro y blandía la lanza con dignidad, sabedor de que las miradas se centraban en su metalífera estampa.

A su lado venia el pueblo, todos ellos vestidos, sus figuras austeras, traían a cuestas imagen de un hombre crucificado al que parecían adorar!!!Deben ser muy primitivos, pensó Pachamac, pues esa era una tortura reservada por los incas para los delincuentes. ¿Como podían adorar ESA figura??? No salía de su asombro

.El encuentro fue muy breve, se entendieron por señales pues era imposible entender su lenguaje…. “Venimos en son de Paz”, dijo Pachamac pues Pachantepec, ampara y alumbra a todos sus hijos, y la Pacha Mama ramifica sus raíces aquí y allí, del otro lado del océano, Somos vuestros hermanos, hijos de la Pacha...

Hubo un silencio....dudas...y finalmente se fundieron en un fraternal abrazo.
¡Pero, agrego con señas, por los rayos del Sol!!! Sacaros esos ropajes que os impiden el movimiento. ¡Sacaos esos metales, solo reservados a las mortajas!!

Las figuras estáticas, circunspectas dejaron al Dios crucificado en un altar y se arrodillaron para dar gracias por la Paz y por los hermanos venidos de la otra parte del planeta. Pero no se desnudaron...¡Bendito sea el fruto de tu vientre, amen!!!

Y luego, en medio de una gran ceremonia, Pachamac se abrazo, desnudo como estaba, a cada uno de las circunspectas figuras a quienes parecía molestarle su desnudez.
Os trajimos un vestido, le indicaron con señas, pero el Manco Pachamac lo rechazó
Inca solo se viste cuando hay frío, y solo se viste de oro para honrar a su Dios que alumbra todo el Universo.

 4 - EL FIN Y EL PRINCIPIO

Esa noche fue toda fiesta y regocijo en las tierras de ACAPACHA, corrió el vino y la miel y pronto se aflojaron las caras circunspectas.

Las frágiles mujeres dejaron caer sus sutiles velos, vencieron su timidez y se fueron acercando a las figuras desnudas. ¡No tienen vello, murmuraban asombradas!!! ¡Lisos como un bebe! El cobre de sus pieles atraía sus sentidos...En el futuro, los hijos de esas sutiles mujeres tendrían también las pieles cobrizas, y adorarían al Dios Sol padre de todos los seres del planeta. Y con el tiempo, sus hijos olvidarían la imagen del Dios crucificado, y las mujeres harían ofrendas a la Pacha Mama , para suplicarles fertilidad. De sus cuerpos y de la tierra.
.........................................................................................................

Esto fue una historia posible... pero no la única-
Por Machu Pichu. Por la paz del Planeta. Y por la unión de todos los hijos de la Pacha-

Florencia Brenner
Buenos Aires. 2/11/04.