Reciclaje. TAIWAN – LA MÚSICA QUE ATRAE BASURA
por Marina Burana
En una era en la que
estamos llamados a generar demasiado desecho, algunos espacios de esta
tierra intentan vivir en armonía con la naturaleza.Taiwán es un país
comprometido con el reciclaje: en los últimos años la tasa de reutilización
de residuos pasó de un 10% a casi un 50%.
LA MÚSICA QUE BUSCA BASURA
Los primeros días en que
llegué a la ciudad de Taipei, desde mi cuarto del hotel, escuchaba todas las
noches, una melodía que aparecía y desaparecía siempre a la misma hora.…Mis días se diluyeron
entre sus costumbres y su gente hasta que una noche, de regreso al hotel,
escuché nuevamente la música. Allí vi como un gran camión de basura era
perseguido por una larga fila de gente que de a poco trataba de introducir
desechos en él.
A una determinada hora, el
camión de la basura pasa por el barrio y, para avisarles a los vecinos que
llegó, pone música. Es sorprendente ver a la turba de taiwaneses que se
subdividen entre los que tienen desechos orgánicos e inorgánicos; los que
tiran la basura en el camión o en baldes apartados y finamente separados de
acuerdo al tipo de material que se descarta. Por eso no es corriente ver en
las calles tachos de basura ni cestos para ubicar las bolsas de residuos de
cada casa.En cada barrio pasan dos
camiones en horarios fijos que frenan en una esquina y sacan grandes tachos
de basura a la vereda. Hay cuatro grandes cestos y dos más pequeños; uno es
exclusivamente para los desperdicios orgánicos. En él se vacía la bolsa
llena de basura y en otro más chico se tira esa misma bolsa. Luego hay tres
tachos donde se depositan plásticos, vidrios y cartones. Cada persona debe
vaciar sus bolsas donde corresponde y luego tirarlas en el cesto más
pequeño.
El otro camión (que es
desde el cual sale la música) aparece unos segundos más tarde que el primero
y es en el que se deja todo lo no reciclable. Para ese se necesitan bolsas
especiales que deben comprarse en kioscos que por lo general varían de color
de acuerdo al barrio. No saca tachos a la vereda sino que abre sus fauces
para que, con bolsa y todo, se echen en él los desperdicios.Todas las noches, la gente
acude con su basura a la música. Es cierto que es un sistema que a algunos
les parecerá poco conveniente (hay que estar en la casa a determinada hora
para poder deshacerse de los desechos), pero cada vez que veo a los
taiwaneses haciendo cola para tirar la basura no puedo dejar de asombrarme
ante el nivel tan grande de compromiso que tienen con respecto a lo que
consumen y dejan de consumir. Es, en verdad, una muestra clara de cuán
responsable se hacen de la forma en la que interactúan con el medio
ambiente.
La primera vez que tuve
que sacar mi basura, no pude evitar reírme ante esa especie de embudo
magnético que me chupaba hacia las fauces de la mugre. Era realmente un
peregrinaje. Todos caminábamos bajo la luz tenue de la noche en busca de un
llamado. Y el llamado tenía forma de residuo taiwanés; de comunión de
personas en pos de la responsabilidad ambiental. Pero parecía todo una mala
película de zombis. Lo que hacía más extraño el peregrinaje era la música:
algunos barrios disfrutan el Para Elisa, otros algo del estilo de Cielito
lindo o El arroz con leche que siniestramente nos obliga a hermanarnos en
una fraternidad extraña pero muy responsable.
Fuente:
http://opinionsur.org.ar/joven/?lang=es
Ver también:
http://noticias.nat.gov.tw/ct.asp?xItem=208127&CtNode=1697 |