El Cuarto Camino, un camino hacia sí mismo

El naturismo propone, además del desnudo social, un estilo o filosofía de vida basada en el desarrollo de un pensamiento humanista y un proceso de madurez del Ser humano. Este proceso implica la desnudez del cuerpo y del espíritu liberando al hombre de prejuicios y de pensamientos preestablecidos y aceptados como verdades absolutas y que lleva al autoconocimiento intelectual y emocional.

Gurdjieff. Filósofo y místico armenio del siglo pasado, sostenía que existen cuatro formas o caminos para llegar a desarrollar los poderes latentes del hombre Los tres primeros (el del faquir, el del monje y el del yogui,) requieren el abandono de este mundo. No son caminos fáciles para el hombre corriente.

Pero el cuarto camino, en cambio, nos ofrece la posibilidad de un desarrollo interno de los aspectos físico, intelectual y emocional, en el mismo ambiente cotidiano en que vivimos.

Está abierto a todos los hombres y mujeres que están en una búsqueda de lo Real. Puede recorrerse sin abandonar la propia casa, la familia, el trabajo... Más bien al contrario, es una condición indispensable el mantenerse justo en ese lugar del cual queremos escapar...

Si logramos hacer conciencia de esta posibilidad que nos ofrece este camino, podemos transformarnos en seres más humanos íntegros y evolucionados.

Los seguidores de Gurdjieff, recogiendo este pensamiento, enunciaron formas concretas del comportamiento humano dentro de la sociedad que nos sirven de guía en este camino.

  • Agradezcamos lo recibido y hagamos conciencia de lo que pensamos, sentimos o deseamos.
  • Arriesgarse no es ser temerario.
  • Trabajemos con placer tratando de hacer las cosas de la mejor manera posible.
  • Es necesario respetar los compromisos, las promesas y la puntualidad.
  • No nos encadenemos a nada que pueda llevarnos a la autodestrucción.
  • Ser generoso no incluye buscar testigos ni hacernos propaganda.
  • Si ayudamos a alguien, no les exijamos dependencia. Ayudemos a ayudarse sin monopolizarlos.
  • El reparto tiene que ser siempre equitativo.
  • Tratemos de no ocupar demasiado espacio en los sitios compartidos ni hacer ruidos molestos.
  • No carguemos a otros con problemas personales y hablemos lo necesario.
  • Pongámonos en el lugar del otro, sin quejas, críticas, amenazas o juicios apresurados. No actuemos por reacción.
  • Admitamos que otros pueden superarnos.
  • Cuando ofendimos a alguien es bueno pedirle disculpas.
  • Antes de hacer cualquier una crítica tratemos de mostrar primero los aspectos positivos. Predispone mejor al otro.
  • Mirar a los ojos al hablar ayuda a la mutua comprensión. El lenguaje corporal también nos permite conocer al otro.
  • El orden en las cosas, en la comida y en el sueño contribuyen al bienestar y ordena también nuestro pensamiento.
  • Rechacemos la mentira, la apropiación de lo ajeno, la envidia de bienes o éxitos de otros. Tratar lo ajeno como si fuera propio.
  • No es aconsejable conservar amistades tóxicas, inútiles ni los objetos innecesarios.
  • La gente no se define por lo que posee sino por lo que es.
  • Ser creativos y permitirnos la posibilidad de cambiar las ideas ayuda a lograr madurez y sabiduría.
  • No nos dejemos vencer por los miedos, cólera, avaricia, antipatía, odios.
  • La enfermedad es como un maestro que nos habla y nos hace escuchar al propio cuerpo.
Estos preceptos no son ajenos a la ética Naturista aun cuando fueron enunciados en un marco ajeno a este ámbito. Se basan en la creencia de que el ser humano necesita un procedimiento o sistema para despertar (a través del autoconocimiento, atención consciente y del entorno, movimientos, posturas, danzas y sobre todo “el recuerdo de sí“).

Según indican las escuelas de llamado “Cuarto Camino” hay un tipo de camino para cada tipo de persona y el sentido es encontrar la parte olvidada de sí mismos; en pocas palabras despertar del sueño, de la mal llamada consciencia de vigilia en la cual se está inmerso, que no es más que otra manera de sueño.

Fuente consultada: Manual de Cuarto Camino por Eva M. Franchi - Andrea Bertolini- La Teca Ediciones. Barcelona-España.

Ilustración intervenida sobre una imagen de Emilio Lanza Carias.