CRONICAS DE VIAJERO Viaje a San Martín / Sint Maarten

Con mi esposa ya habíamos pasado una linda temporada haciendo nudismo en las playas de Cayo Largo y Cayo Santa María, de Cuba. Pero si bien allí se podía estar al natural, nos incomodaba el hecho de tener que "vestirnos" para el resto de las actividades.

Nos habían recomendado mucho el Orient Club de St. Martin, pero no nos decidíamos por pensar en las dificultades que tendríamos con el idioma, ya que sólo entendemos un poco de inglés, y lo hablamos como los indios en las películas. Pero luego de charlar una gran amiga, nos sentimos más tranquilos y reservamos 14 días allí, a mediados del mes de Junio.

Con los vuelos no tuvimos ningún problema, Copa Airlines resultó una empresa aérea con una muy buena atención de su personal, el check- in de ida lo realizamos desde nuestra casa y el de vuelta nos llegó en un mail 24 hs antes del regreso,…todo muy simple.

Los vuelos salieron puntuales, y la espera en Panamá fue de una hora, que a la vuelta resultó corto para recorrer el free shop (…para mirar, porque todo nos resulta carísimo).

Al llegar tomamos un taxi, preguntando antes la tarifa como nos habían recomendado. Por U$S 30 nos llevó hasta la administración del Orient Club, al otro lado de la Isla.

Pese a no estar Rubi, una empleada de nacionalidad peruana, fuimos excelentemente atendidos por Karima quien se esforzó por hablarnos en castellano.

Como el ingreso del Studio que habíamos reservado era a partir de las 14 hs, dejamos las valijas en la administración y nos fuimos a la playa, vestidos como estábamos donde nos sentimos disfrazados entre 200 o 300 personas desnudas. A las 15 hs volvimos a retirar las llaves y conocer nuestro alojamiento.

Este era un mono-ambiente de madera, tipo cabaña, de aproximadamente 30m2 con baño y cocina completos y totalmente equipados, dos galerías (delantera y trasera) y en esta última dos cómodas reposeras como las de la playa y una mesa con bancos de madera.

En el espacio del dormitorio hay una cama King Size muy cómoda, un placar, percheros donde entra cómodamente la ropa para colgar. (Que allí siempre resulta demasiada) una cajonera y un escritorio.

El sector living-comedor cuenta con sofá cama y dos sillones, sillas, mesa y teléfono y allí uno puede sentarse cómodamente a leer, descansar o comer las exquisiteces que se encuentran en esa isla.

Para achicar gastos decidimos cocinarnos nosotros, pero por ser el primer día, cenamos en el Papagayo (el restaurante del complejo,) donde fuimos vestidos, pero nos dimos cuenta que el 80% de la gente va a almorzar y cenar desnudos, eso sí, cada uno con su toalla para sentarse.

No es barato, pero el precio es el mismo que pagamos en cualquier lugar de la isla (dos platos de pasta + una cerveza y agua de 1,5L= 38 Euros.

En la mañana del primer día, a las 6.30 hs, fuimos a la playa bien temprano como es nuestra costumbre, con el mate y el termo y a las 08.00 hs volvimos para comprar en la Boutique del Club las croissants, pan y algo para cocinar, donde también nos atendió una cajera quien hablaba algo de castellano, como casi todo el mundo.

Allí, si bien no sirven desayuno, el café es gratis de 8.00 hs a 10.00 hs (Muy bueno). Luego, a desayunar y de ahí a la playa hasta el mediodía, almuerzo, siesta, y nuevamente a la playa, hasta las 18 hs

Estábamos alojados en uno de los estudios más alejados de la playa (a unos 80m) y los más cercanos, están a escasos 10m. Pero todos están rodeados de arboledas y jardín muy bien cuidado.

El clima es espectacular, no varía más de unos 4 o 5 grados entre el día y la noche, de 24º a 29º, (en el mes de Junio) llueve casi todos los días pero la mayor parte de las veces la lluvia dura 5 o 10 minutos. En la playa, en esa época, siempre hay algo de viento, no muy fuerte, la arena es fina, blanca y no quema, aún después de todo un día de sol, y no vuela ni pica en las piernas.

Se puede caminar desnudo por la playa frente del club, (unos 300m) y algunos lo hacen por toda la bahía (unos 1600m) pero bien temprano, hasta las 08.00hs, si bien teóricamente, no está permitido. Excepto el top less.

A unos 1000 m por la playa o por una calle interior, hay un pequeño centro comercial, llamado Orient Park, con un supermercado donde comprábamos los alimentos, y algunos otros negocios (Bar, Panadería, Kiosco etc.).

La vida en el club es muy placentera, mucha amabilidad de todo el mundo, incluso de los que no entienden el idioma. La mayor parte son Norteamericanos, pero gracias al mate nos identificaban como Argentinos, así fue como conocimos una pareja Peruana, con quienes lo pasamos muy bien.

Todos se saludan amablemente, y se forman grupos de parejas que ya se conocen de otras visitas anteriores, que han ido 10 o 15 veces. El promedio de edad es alto, alrededor de 50 años, pero hay de 25 a 80 años de edad e inclusive algunos niños.

Para el que quiere mantenerse en forma el Club tiene un Gimnasio, y también una sala con televisión, una biblioteca con libros en idioma Inglés, Francés (la mayoría) y Castellano unos pocos, incluso de Historia Argentina. Estos libros son los que dejan los visitantes…Ah! …me olvidaba de la mesa de ping pong.

El club colmó nuestras expectativas, pues nunca habíamos pasado las 24 hs del día al natural. Al segundo día ya no usábamos ni las ojotas y sólo llevábamos a la playa el mate y las toallas de playa, que se pueden cambiar diariamente en la administración.

Por la noche solíamos pasear por todo el club, cenábamos en el restaurante, cocinábamos o simplemente, nos sentábamos a la luz de la luna en la galería que da al jardín, solo cubiertos con repelente de mosquitos sobre la piel.

En síntesis, una experiencia inolvidable, y ahora comprendemos porqué la gente siempre vuelve, como esperamos hacerlo nosotros el año que viene. Muchas gracias a mi amiga por darnos el empujoncito que nos faltaba para ir.

Saludos
Oscar