| |
El nudismo es aprender a volar
Somos hormigas, insignificantes hormigas orgullosas y confundidas
por el alter ego que nos enceguece, mientras intentamos sobrevivir como
dignos pequeños burgueses, aparentando siempre, un poco más de lo que somos
realmente.Somos orugas atemorizadas por el futuro y la oscuridad de ese
ocultismo que delinea nuestros futuros. Somos creaturas con temor a la
evolución, a la liberación de nuestros miedos y tabúes, por culpa de esos
valores castradores que nos inculcan y nos roba para siempre, esa inocencia
primaria.
¿Por qué nos da tanto miedo la independencia y el aprender a volar?
¿Por qué nos conformamos con migajas y nunca nos atrevemos, a dejar de ser
mendigos de amor, de afecto… de centavos, limosnas o coimas?La
mayoría ni siquiera somos conscientes para que son o para que nos sirven las
alas. Nos avergonzamos de nuestros propios cuerpos y hemos estigmatizado a
la desnudez.
Siempre despertamos tarde a todo en la vida. La gran mayoría
despertamos de manera tardía para aprender a ver, a sentir, a escuchar, a
olfatear o para degustarnos… Somos y actuamos como primitivas criaturas,
bestias domesticadas, animales condicionados por absurdos códigos y
costumbres prehistóricas.La magia de lo textil, no solo nos brinda confort, protección para
la piel o el cuerpo, sino que transformamos al vestido en armaduras, en
absurdos disfraces para participar en el carnaval del consumismo y de la
frivolidad, contribuyendo a esa confusión de valores, de percepciones, de
conceptos.
Es hora de meditar, de desnudarnos completamente en posición de
loto, para y hasta absorber toda la energía necesaria, para poder volar ,
revolotear por el presente y volar hacia ese anhelado futuro que
visualizamos, pero que consideramos una cima imposible de conquistar.Despojados de todas las prendas, nuestro cuerpo y sentidos,
perciben de manera más natural todo: la brisa, las cosas u objeto, los
aromas, los sonidos… puede ser el primer paso para aceptarnos tal cual
somos, con estrías, gordura, flacideces, cicatrices, vellos, senos caídos o
penes grandes o pequeños… Pero lo más importante es que nos estaremos
liberando poco a poco del peso absurdo de los miedos y tabúes, que nos
estigmatizaron, que nos torturaron o nos maltrataron durante gran parte o
durante casi toda nuestra vida.
El nudismo es liberación. El nudismo es transformación. El nudismo
es la opción más natural de vida. Es aprender a volar y nada hay más triste
que ver a las personas con alas, pero con temor a volar o lo peor, ser
inconscientes o ignorar que gozamos de ellas, por ignorancia u omisión.
Aprender a volar, es y debe de ser nuestro destino más inmediato y razón de
ser. Una persona que no sepa o no aprenda a volar, siempre estará: ¡Muerta
en vida!
Héctor
“El perro vagabundo” Cediel
Mayo 2014 | |