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ECO BARRIOS DE CASAS FLOTANTES
Las casas flotantes son embarcaciones
erigidas sobre una balsa o pontón que, amarradas a un muelle, sirven de
vivienda habitual o esporádica a una ecléctica y cada vez más numerosa
comunidad. Como cualquier hábitat humano, las casas flotantes han
evolucionado siendo hoy en día viviendas flotantes artesanales o
prefabricadas, humildes o de lujo.La casa flotante comparte su carácter
móvil y efímero con la caravana o los abrigos tradicionales de sociedades
itinerantes. No hay cimientos ni paisaje permanente. Pese a permanecer
ancladas en un lugar fijo o cambiar de localización de manera esporádica,
las casas flotantes comparten las características estructurales de cualquier
balsa o pontón: remolcadas o, a veces, usando sus propios motores, se
adaptan a las necesidades cambiantes de sus moradores.
Existen comunidades históricas
estables de viviendas flotantes en distintas localizaciones del norte de
Europa y Norteamérica, sus moradores difieren en edad, educación, tipo de
trabajo y nivel de renta En las grandes y tranquilas bahías y estuarios del
norte de la Costa Oeste de Estados Unidos, las casas flotantes evolucionaron
desde las originarias viviendas precarias y temporales de zonas portuarias a
un método económico y bohemio de permanecer en localizaciones privilegiadas,
donde el precio de la vivienda es a menudo prohibitivo.Estados Unidos alberga comunidades
consolidadas de casas flotantes, auténticos barrios en la práctica, entre
viviendas de lujo para el fin de semana, moradas de artistas e incluso de
familias con hijos en edad escolar. En el norte de Europa con tradición en
el transporte fluvial de personas y mercancías, abundan los ejemplos en
ciudades ligadas a canales, ríos navegables y estuarios. En la Francia
atlántica, el Reino Unido, Holanda -con Ámsterdam como arquetipo más
reconocible-, y Alemania, algunas alcanzan precios prohibitivos debido al
reducido número de amarres disponibles. En el Reino Unido se han
reconvertido varias barcazas diseñadas para transportar mercancías por los
canales británicos, en viviendas móviles, residencias de alquiler o
vacacionales.
CASAS FLOTANTES EN ARGENTINARecuperar el contacto con la
naturaleza, volver a mirar el cielo, vivir tranquilamente y en armonía,
admirar el paisaje que se pierde en las grandes ciudades. Éstas son varias
de las razones por las cuales cada vez más personas eligen vivir sobre el
agua en el área metropolitana de Buenos Aires.
Desde hace ya bastante tiempo hay
quienes lo hacen en barcos amarrados en las decenas de puertos del litoral
bonaerense. Pero ahora hay otra modalidad: las casas que, en lugar de
apoyarse sobre cimientos, flotan.Poner en valor el recurso acuático, su
paisaje y su funcionalidad fue el sueño que tuvo Aníbal Guiser, que creó un
proyecto sustentable en Maschwitz, cerca del pueblo Dique Luján. Él es
artista y vivió en un barco varios años. Con la creación del Eco-náutico
Hipocampo apuesta a una forma de vida distinta. Hoy desarrolla en un predio
de 7 ha un barrio sustentable con casas flotantes.
También en San Fernando hay un
eco-barrio donde Fabián y Victoria C. viven durante algunos días de la
semana. Cuando no se quedan allí, duermen en su departamento en el centro de
Buenos Aires. Con lo mismo que vale un departamento en la Capital se puede
comprar un terreno y hacer una casa acá. La idea siempre fue respetar el
ecosistema", explicó Guiser."Acá, en esta zona de la provincia de
Buenos Aires, todos estamos viviendo sobre el agua, es una ficción pensar
que porque uno ponga un relleno el humedal desaparece. Por qué no mirar
mejor lo que tiene la naturaleza y adaptarse a eso. Éste es el territorio de
las aguas y que se respete es la ley de la naturaleza", agrega, antes de
explicar que esta idea comenzó hace casi 10 años.
Las casas están construidas con
técnicas que respetan el medio ambiente. Las bases son de ferro-cemento, una
técnica de bio-arquitectura para que puedan flotar, consigan estabilidad y
el agua no las dañe, evitando los costos de mantenimiento.A pocos metros, Nahuel F. construye su
propia casa flotante con maderas certificadas. "En un par de meses me mudo
con mi pareja. Elegí este sector para que la casa reciba más luz solar
durante el invierno y menos durante el verano. Y elegí vivir en el agua por
el concepto que tiene este espacio. Va a tener una huerta orgánica y ofrece
lo que yo estaba buscando", cuenta mientras instala la cocina.
Las personas que deciden mudarse a
hogares flotantes diseñan los espacios pensados para que no sobre lugar. Las
camas, por ejemplo, cuentan con amplias cajoneras debajo y hay importantes
placares detrás de las puertas."Normalmente la gente que elige vivir
en el agua lo hace por un cambio muy drástico o porque se cansó de la vida
en tierra", explica Horacio Saboldelli, que es técnico constructor naval…
Vivió ocho años en un barco y ahora se dedica a inspeccionar y certificar
embarcaciones o casas flotantes a pedido de la autoridad de los ríos en la
Argentina, que es la Prefectura Naval, quienes catalogan estas casas como
"construcción flotante no destinada a navegar".
"El contacto con el agua es lo más
atractivo que tiene este proyecto. Nosotros siempre navegamos y, como
tenemos mucha relación con el mundo náutico, se nos ocurrió dar un paso más
y construir las casas", dice De Martino, que es diseñador gráfico y que
construyó las casas junto con su cuñado.Además de casas flotantes, la forma
más tradicional de vivir en el agua es a bordo de un barco. Adriana Mustoni
es instructora náutica y desde hace 22 años elige vivir en su barco, "Éste
es un mundo absolutamente distinto al de la ciudad. Te enseña a vivir con
casi nada, a disfrutar de la naturaleza y a encontrarte con vos mismo"…"Para
los que navegamos es importante aprender a sobrevivir. Cuando hacemos
travesías largas lo más importante es cuidar el agua dulce,… agrega la
instructora, Ella cree que hay que derribar un mito: tener una embarcación
no es sinónimo de vivir lujosamente. "Para mí navegar es compartir, por eso
hago las travesías acompañada. La mayoría de los navegantes tenemos una vida
muy austera", asegura. A pesar de las dimensiones de la embarcación, la
instructora se cocina todos los días: "Tengo un anafe cardánico y dos ollas.
Con eso me arreglo perfectamente", agrega Mustoni.
Navegar los mares, pasar un fin de
semana en pareja, recorrer el Delta o simplemente disfrutar del aire y la
vista, algunas de las tantas razones por las que la gente elige vivir sobre
el agua.
Fuente La Nación del 5/4/ 2015 Foto La Nación de
Daniel Jayo
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