LA Vergüenza DEL PROPIO CUERPO

Rebecca Adams

EL ESCENARIO

Con toda la presión para que las mujeres parezcan estiradas, delgadas y eternamente joven, la auto objetivación, por desgracia, es la norma en estos días

Los investigadores comienzan a creer que el auto-juzgamiento no sólo afecta a nuestro estado mental sino que la vergüenza del cuerpo nos puede hacer físicamente enfermos

La idea es que los estrictos estándares de belleza - que contribuyen a la vergüenza del cuerpo - a menudo hacen que las mujeres se sienten mal respecto a sus funciones corporales (como la menstruación y el sudor). Esto puede hacer que las mujeres tratan de ocultar estas funciones, que a su vez pueden causar problemas de salud.

Para investigarlo, la l investigadora Jean Lamont, de la Universidad de Bucknell, llevó a cabo dos pequeños estudios

LA PREPARACIÓN

En el primer estudio, Lamont pidió que 177 estudiantes universitarias respondieran un cuestionario con frases como "siento vergüenza cuando tengo que usar tamaños más grandes de ropa"; "Tengo confianza que mi cuerpo me va a comunicar lo que es bueno para mí";  "Siempre me siento vulnerable a la enfermedad."

Los participantes tenían que responder cuánto concordaban o discordaban con esas afirmaciones. Lamont usó las respuestas para medir la vergüenza que cada participante tenía de su propio cuerpo, cómo respondían al cuerpo y cómo evaluaban su propia salud.

Después, las mujeres debían informar cuántas infecciones habían tenido en los últimos cinco años - como la bronquitis, la neumonía y la candidiasis -, así como episodios de náuseas, dolor de cabeza y diarrea. Cada mujer también evaluó su salud en una escala de uno a cinco.

Pero Lamont quería acompañar los resultados a más largo plazo para asegurarse de que no sufren la influencia de la depresión, el cigarrillo o el índice de masa corporal (IMC).).

Entonces hizo una versión longitudinal del estudio para controlar estas tres variables. En esta versión, les preguntó a 181 estudiantes que respondiesen el mismo cuestionario en dos puntos diferentes del semestre una vez en septiembre y otra en diciembre (momento del invierno en el que hay más incidencia de enfermedades infecciosas como la gripe, bronquitis, etc., de acuerdo con el estudio).

RESULTADOS

Finalizados los dos estudios, Lamont descubrió que las mujeres que tenían más vergüenza cuerpo dieron calificaciones más bajas para su salud y reportaron más infecciones desde la adolescencia. Los resultados se mantuvieron en el grupo controlado por la depresión, el tabaquismo y el IMC.

Por otra parte, el segundo estudio mostró que las mujeres con más vergüenza del cuerpo tuvieron mas infecciones entre la primera y la segunda encuesta. Esto sugiere que la vergüenza corporal relatada por las mujeres en septiembre puede haber contribuido a las infecciones reportadas en diciembre.

¿Por qué sucede esto? Lamont sugiere la siguiente correlación: la vergüenza del cuerpo indica mala salud, porque ese sentimiento puede llevar a las mujeres a prestar menos atención a las señales del cuerpo y evaluar incorrectamente el estado de salud.

CONCLUSIONES

El estudio plantea la pregunta: ¿si tantas mujeres se sienten mal por sus cuerpos, cuál es el real impacto de esto en la salud? Esto es algo que todavía no se sabe (la escala del estudio fue demasiado pequeña, y los resultados tienen limitaciones pues Lamont dependía de los sujetos de estudio para obtener las historias de salud (un problema conocido en este tipo de investigación).

Sin embargo, aun así, los estudios sugieren que el estar mal con el cuerpo puede potencialmente perjudicar la salud física, y ofrece ideas sobre por qué esta relación.

De todos modos, este estudio es una razón más para amar el propio cuerpo. Sentirse culpable por un trozo de chocolate, o penar por no ser como una de las celebridades o modelos photoshopeadas pueden tener consecuencias mucho más graves más allá de mal humor.

 

Fuentes The Huffington Post | De Rebecca Adams Publicado: 28/08/2015 17:04 BRT

http://www.brasilpost.com.br

http://www.jornalolhonu.com/jornais/olhonu_n_178/artigo.html