Belleza y fealdad
El naturismo, como estilo o filosofía de vida, nos lleva a la necesidad de
replantearnos preconceptos que tenemos desde la niñez tal como el que
erróneamente asocia la belleza o fealdad del cuerpo con la del espíritu. Y
estos preconceptos, así como los ideales de belleza, son absolutamente
culturales y temporales. variando a través de los siglos y de las distintas
culturas.
La belleza es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la
existencia humana. Vulgarmente la belleza se define como la característica
de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura
una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción en los distintos
sentidos Debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice
que «la belleza está en el ojo del observador».
Los filósofos griegos estudiaron que los objetos que poseen simetría son más
llamativos. La arquitectura griega clásica está basada en esta imagen de
simetría y proporción. Según la concepción platónica, la belleza en el mundo
es visible por todos; no obstante, dicha belleza es tan solo una
manifestación de la belleza verdadera, que reside en el alma y a la que solo
podremos acceder si nos adentramos en su conocimiento. Consecuentemente, la
belleza terrenal es la materialización de la belleza como idea, y toda idea
puede convertirse en belleza terrenal por medio de su representación.
La belleza, generalmente, se ha asociado con el bien. De la misma manera, lo
contrario de la belleza, que es la fealdad, a menudo se ha relacionado con
el mal. A las brujas, por ejemplo, con frecuencia se les atribuyen rasgos
físicos desagradables y personalidades repulsivas. Este contraste aparece
representado en cuentos clásicos para niños. Goethe declara que la belleza
humana actúa con mucha mayor fuerza sobre sentidos interiores que sobre los
externos, de modo que lo que él contempla está exento del mal y sienta en
armonía con él y con el mundo.
Las
proporciones ideales del cuerpo humano fueron esquematizadas en el Hombre de
Vitruvio, de Leonardo da Vinci. La simetría es importante porque da la
impresión de que la persona creció con salud, sin defectos visibles. Algunos
investigadores han sugerido que la juventud en general se asocia con la
belleza.
Hay pruebas que hacen intuir un rostro hermoso en el desarrollo infantil, y
que las normas de atractivo son similares en culturas diferentes. El
promedio, la simetría y el dimorfismo sexual para determinar la belleza
pueden tener una base evolutiva. La investigación empírica indica que las
tres características producen atracción tanto en caras masculinas como en
femeninas y a través de diferentes culturas. El atractivo facial puede ser
una adaptación para la opción de compañero, posiblemente porque la simetría
y la ausencia de defectos señalan aspectos importantes de la calidad física
del compañero, como la salud. Es probable que estas preferencias sean
simplemente instintos.
Los artistas griegos y romanos también tenían el estándar de belleza
masculina en la civilización occidental. El romano ideal era alto,
musculoso, una alta y amplia frente -un signo de inteligencia-, grandes
ojos, una nariz fuerte y perfil perfecto, boca pequeña, y una mandíbula
poderosa. Esta combinación de factores produciría una mirada impresionante
de hermosa masculinidad.
Con las excepciones notables del peso corporal y los estilos de moda, las
normas de belleza han sido bastante constantes en el tiempo y el lugar. La
cultura maya consideraba que tener estrabismo era bello, y para conseguirlo,
las madres ponían jarras delante de los niños para que crecieran con este
defecto; el concepto de belleza puede variar entre culturas.
La cultura china, especialmente la clase alta, consideraba que tener los
pies pequeños de las mujeres (Pies de Loto) era signo de belleza y
femineidad que les permitiría conseguir mejores y más ricos maridos. A tal
efecto aplicaban a los pies de las niñas desde su nacimiento una venda
ajustada para impedir su crecimiento que llegaban a producir deformación y
discapacidad motora.
La caracterización de una persona como «bella», ya sea de forma individual o
por consenso de la comunidad, a menudo se basa en una combinación de belleza
interior, que incluye los factores psicológicos -tales como congruencia,
elegancia, encanto, gracia, integridad, inteligencia, personalidad y
simpatía-, y belleza exterior, es decir, atractivo físico, que incluye
factores físicos -tales como juventud, medianidad, salud corporal,
sensualidad y simetría -.
Comúnmente se mide la belleza externa con base en la opinión general o el
consenso de un grupo de personas. Un ejemplo de ello son los concursos de
belleza, como el de Miss Universo. La belleza interna, sin embargo, es más
difícil de cuantificar, La investigación moderna sugiere también que las
personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción
perfecta son más atractivas.
La fealdad es una propiedad de una persona o cosa que no es agradable
de mirar En muchas sociedades el juicio de ser considerado "feo" equivale a
ser poco estético, repulsivo u ofensivo. Al igual que su opuesto, la
belleza, la fealdad implica un juicio subjetivo y está por lo menos en
parte, en el "ojo del observador", tampoco se debe olvidar la influencia
ejercida por la cultura del "observador". Así, la percepción de la fealdad
puede ser errónea o miope, como en el cuento de El patito feo de Hans
Christian Andersen.
Un equipo de investigadores chinos concluyó que tal juicio puede ser un
rasgo inherente al ser humano realizando estudios sobre un grupo de niños
para analizar si las personas desarrollan las primeras impresiones basándose
únicamente en la apariencia. Sus hallazgos revelan que los niños pueden no
confiar tan rápido en una persona que no es atractiva.
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 138 niños participantes de
8, 10, o 12 años de edad, junto con un segundo grupo de adultos para la
comparación. Utilizando un software mostraron 200 imágenes de rostros
masculinos con expresiones neutrales y pidieron a los participantes que
calificaran qué tan digno de confianza y atractivo pensaban que era cada
persona El equipo descubrió una relación directa entre las caras que los
participantes calificaron como más dignas de confianza y aquellos que
clasificaron como más atractivas. Conforme la edad de los niños
incrementaba, era más probable que confiaran en una cara más atractiva y que
sus evaluaciones de la primera y segunda prueba fueran iguales. Los
resultados llevaron a los investigadores a creer que los niños cuentan el
atractivo como una medida de la confianza y esta tendencia se fortalece a
medida que envejecen.
Suponer que la belleza refleja rasgos de carácter positivo es una falacia de
la cual muchas personas son víctimas y puede ir más allá de la honradez y
dar a las personas físicamente atractivas ventajas sociales. Según el
Instituto Clayman de Investigación de Género, de la Universidad de Stanford,
las personas poco atractivas tienen menos probabilidades de ser contratadas
y promovidas, y son menos propensas a ser considerado bueno y honesto. Esto
podría contribuir a las dificultades personales, tales como trastornos
alimenticios y depresión y aumentar la popularidad de la cirugía estética
como una manera de cumplir con los estándares de belleza de la sociedad.
Fuentes consultadas
https://es.wikipedia.org
http://www.muyinteresante.com.mx |