Fotógrafa estadounidense (1883 - 1976). Comenzó a interesarse por el
mundo de la imagen cuando estudiaba su carrera universitaria de química.
Con una cámara y un curso por correspondencia empezó a practicar en el
campus de la Universidad, experimentando nuevas técnicas y nuevos proyectos.
Se codeó con los grandes de la historia de la fotografía con quienes
participó en exposiciones internacionales. También fue profesora en el San
Francisco Art Institute.
Conocida por su versatilidad en la elección de los temas y por su
capacidad para encontrar la belleza en las cosas comunes, Cunningham
fotografió la vida que la rodeaba: a su familia, la naturaleza, bodegones,
escenas callejeras y desnudos en las que se percibe su obsesión por las
formas del cuerpo humano y las plantas, pues en ellos encontró la poesía, la
belleza y la calma.
Entre 1920 y 1930 dedicó toda su atención en la fotografía en primer
plano de plantas y flores creando composiciones naturales abstractas. Saltó
a la fama a través de los retratos realistas y profundos de personajes
célebres, especialmente estrellas de cine, que aparecieron en la revista
Vanity Fair.
Hasta su muerte a la edad de noventa y tres años mantuvo una infatigable
labor experimental y ejerció su profesión de retratista.