Nudelot nuevos hallazgos.
Capitulo 24 – La princesa de las Flores
Para el nudelotense el sexo femenino era la gran cruz cósmica de la vida
.En la primavera se elegía a La Princesa de las Flores. Era
hermoso ver a esos adonis y venustas doncellitas coronados con flores y
cubiertos tan solo por un bello collar de flores.
En la ceremonia se predicaba que el nudelotense
debía dejar huella con la belleza, la ternura y la pasión que le aporta
al paisaje, la fragancia y tersura de sus pieles. “No existe fuego más
seductor, que las flores. Cada mujer expide una fragancia especial de su
corola. La vida depende de los sueños del estambre y del pistilo”.
El pelo jugaba un papel muy importante en las
mujeres. Un relato ideológico se esconde en el modo que en el que nos
expresamos por medio de nuestros gustos, y en la forma de lucir el
cabello. El cabello inventa o genera sensaciones. La mujer que
formalizaba pareja o simplemente deseaba dedicarse a la meditación sin
ser molestada o cortejada, se lo cortaba en la noche del “fetiche del
peluquero”.
Indira aportó este conocimiento: “Nadie llega por
azar a nuestras vidas. Cada persona que comparta su vida, debe ayudarnos
a aprender y a avanzar en cada situación. Una soledad por miedo, es
antinatural y genera zozobras.
Lo que sucede es la única cosa que podía haber
sucedido. Así nuestro ego y mente se resistan, o no quieran aceptarlo,
todo lo que sucede en nuestras vidas, no podría ser de otra manera. Se
cree en el azar y en el destino natural. En cualquier momento que se
comience, es el momento correcto. Todo se da y comienza en el momento
indicado. Ni un momento antes, ni un instante después. Cuando estamos
preparados para que algo comience, comenzará. Cuando algo termina,
simplemente se debe dar por terminado o concluido. Si algo terminó en
nuestras vidas, es para nuestra evolución. Nada de apegos ni de
sentimentalismos tontos. La experiencia debe enriquecer siempre”.
Más adelante decía: “Me encanta caminar bajo la
lluvia. Sentir al rocío sobre mi cara. El olor a grama y a tierra
húmeda. Es bello disfrutar de los paisajes y de los colores de la
naturaleza. Me encanta buscar en la soledad respuestas y descubrir
nuevos sentidos a la vida, para sostener con fe, el vuelo de los sueños.
Cuando camino desnuda por el bosque, me siento como un hada, embellecida
por las caricias y los besos del viento, que se deslizan como sensuales
mimos de miel y me broncea con los colores de las energías cósmicas, que
iluminan al frio tormento de las luces oscuras. La plácida sonrisa de la
felicidad se entinta con la pasión ensangrentada, de las lágrimas
enlutadas por las desilusiones que generan, los corazones aun no
transformados por la luz de nuestro arco iris”.
El nudelutense era un naturalista integro. Hablaba
del amor por el hermano viento, por la hermana agua o tierra. Aprendía a
aceptarlo todo con sus defectos y virtudes. Aprendía a amar todo lo
transparente, todo lo que se daba sin tapujos, ni mentiras.
Un Guerrero de luz escribía: “Me refugio en el
celibato como un hombre sin tierra ni sueños, a sanar sobre la inmortal
hierba y al lado de la soledad blanca, las heridas que deja el abandono
…La brisa que arranca las hojas en el invierno, transforma al
somnoliento frio, en un laberinto en donde se acumulan las desilusiones.
No hay tristeza más grande, que aquella que expresa el color ocre del
tiempo o el vacío que se esfuma por entre los dedos de la bruma…”
Héctor Cediel Guzman (“Cedielus”)
Colombia
hectorcediel@gmail.com
Continuará
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