LA REVISTA NATURISTA DE ARGENTINA Y DE AMÉRICA LATINA

Experiencias de la primera vez

Quiero contaros mi experiencia, corta experiencia por cierto.

Antes del pasado verano nunca había estado en una playa nudista y nunca había ni siquiera pensado que pudiera estar.

En el mes de junio mi esposa y yo decidimos pasar un fin de semana en Gandía, cerca de Valencia.

El viernes y el sábado estuvimos atrapados literalmente en la jungla de las sombrillas, toallas, niños con cubitos, abuelas, señores con radio, etc. todos los tópicos imaginables y más.

El sábado decidimos dar un paseo por la orilla del mar hasta que nos cansáramos. Y andando, andando nos salimos de Gandía y cada vez había menos gente y… Sorpresa! había gente desnuda, poca gente y desnuda: Habíamos descubierto sin saberlo la Playa Nudista de L´Ahuir.

Decidimos que el domingo lo pasaríamos allí, entre los pocos nudistas que había, ya que pasaríamos desapercibidos aun siendo "textiles".

Llegó el domingo y nos encaminamos hacia el lugar en cuestión descubierto el día antes, plantamos nuestro "chiringuito" y tomamos posesión del lugar.

El ambiente reinante era tan desinhibido y tan normal que no habían pasado ni quince minutos cuando le dije a mi señora: Voy a quitarme el bañador. ¿Qué vas a hacer qué? me contestó.

Acto seguido me lo quité y la inmediata sensación no fue de vergüenza. Me pareció muy normal aunque en ese momento no me atrevía a bajar aún al borde del agua donde había más gente, principalmente "textil" paseando de un lado a otro.

Esa situación duró otros quince minutos. Entonces decidí dar un paso más y, ni corto ni perezoso, me fui al agua andando tranquilamente. Como si nada.

La sensación de entrar en el mar y bañarse desnudo en una playa es única. Pero más importante aún es el grado nuevo de consciencia que se adquiere con este acto, dejando atrás años de perjuicios, de ignorancia, de no conocer otras cosas, de no atreverse, del que dirán, etc.

Ahora, con este sencillo acto, he pasado a ser una persona más decidida quizás, más natural y desde ese día he repetido la experiencia. He pasado las vacaciones de verano desnudo todo el tiempo que he podido y no ha pasado nada, he estado con gente a la que he saludado y hablado y no ha pasado nada.

Nada tiene que pasar cuando uno está frente de otra persona desnuda charlando amigablemente o compartiendo ratos de ocio en un ambiente que propicie la comunicación.

Amigos míos, olvidar los prejuicios, olvidar las ideas preconcebidas, el estar desnudo en una playa debería ser algo absolutamente natural.

Desnudos venimos al mundo, desnudos es nuestro estado natural, todo lo demás son aditivos artificiales y cargas sociales impuestas durante años.

Juanjo- España

 

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