Desnudo en el espectáculo
“El Pudor de los Icebergs”
por Daniel Léveillé
Estreno: L'Agora de la
danse (Montreal), junio de 2004.
Socios de la puesta en
marcha: L'Agora de la Danse, Brian Webb Dance Company.
Festival de Danza de
Canadá, Centro Nacional de Artes, Centro Cultural de Vancouver East, y la
red CanDance.
Daniel Léveillé,
conocido coreógrafo y profesor de danza de Montreal, ocupa una posición
original en la escena canadiense de la danza contemporánea. En los últimos
35 años, ha creado más de treinta obras realizadas por bailarines con
talento, contribuyendo así a la evolución de esta forma de arte viviente.
Comenzó a trabajar
como coreógrafo en 1977 y en 1991, fundó su propia compañía, Daniel Léveillé
Danse.
Mientras escribía
coreografías para diferentes compañías de danza y teatro, ocupó, desde 1988
hasta 2012, el puesto de profesor de creación e interpretación en el
departamento de Danza de la Université du Québec à Montréal (UQAM).
Siguiendo esta doble carrera profundizó su estilo coreográfico desarrollando
un enfoque único para la interpretación de la danza.
En 2001, Amour,
acide et noix confirma su reputación en la escena internacional de una
manera espectacular. Luego presentó The Modesty of the Icebergs
(2004) y Twilight of the Oceans (2007), las otras dos obras de su
trilogía Anatomía de la imperfección.
Con estas obras,
desarrolla un estilo hecho de repeticiones y movimientos cortos, crea
coreografías que llegan a los límites de lo imposible, que ayudan a revelar
la belleza del ser humano en todas sus imperfecciones y elige la desnudez
como el único disfraz posible. Para evitar cualquier posible disimulo.
Solitudes solo
(2012) marca el comienzo de un nuevo ciclo de creación, hecho de gestos más
fluidos y el regreso de un disfraz que no sea la desnudez, que reafirma
elocuentemente que podemos hacer y decir mucho con solo algunas cosas.
El pudor de los
icebergs, la cristalización de un proceso de pensamiento sobre la frágil
presencia del Ser cuando enfrenta al Otro. En el escenario, se nos presentan
cuerpos en un estado de agitación. Desnudo como el espacio que los rodea,
sufren la vulnerabilidad esencial de la condición humana, una que ve al
individuo a veces elevarse inesperadamente por encima de la tiranía de las
apariencias. Los tríos se alternan con los dúos, y la ausencia de una
competencia amorosa neutraliza todas las formas de exclusión. Porque esto no
tiene que ver con la conquista, sino más bien con la exploración de todas
las posibilidades y del extraordinario esfuerzo requerido simplemente para
vivir. Con este nuevo y limpio trabajo, Daniel Léveillé profundiza aún más
en el terreno familiar: la exigente confrontación del cuerpo con el cuerpo
del Otro, las relaciones misteriosas que gobiernan los cuerpos en el
espacio.
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