Crónicas de viajeros nudistas
La Primera Vez
La primera vez que uno prueba el nudismo es algo que recuerda para
siempre. Muchos tienen la suerte de hacerlo con gente (padres, amigos,
pareja), y otros tantos se ven compartiendo ese momento consigo mismos. En
mi caso fui de los segundos.
A los 17 años, tenía claro que quería probar la sensación de nadar desnudo
en el mar, y tomar el sol sin tener que notar un trozo de tela húmedo
cubriéndome.
Nunca entendí cómo es posible que la gente se ponga una pieza de ropa para
mojarse, que no se seca fácilmente y que resulta incómoda cuando estás en el
agua.
Con esos pensamientos en la cabeza me fui en bicicleta al Parque Natural de
Calblanque (en Murcia). Al llegar a la playa busqué el sitio con menos gente
posible, y me tumbé en la toalla un rato con el bañador puesto.
Al rato me armé de valor y me lo quité, pero estaba tan nervioso por ser mi
primera vez que vino enseguida lo inevitable: una erección tremenda!
Tal vez era la falta de costumbre, o que como joven relacionaba
instintivamente la desnudez con el sexo, y por eso no lograba que
desapareciera.
La reacción inmediata fue tumbarme boca abajo hasta que se me pasara, y para
eso hizo falta mucho rato. Cuando ya estaba más calmando, me fui corriendo
hasta el agua y, al meterme, sentí algo increíble.
Fue como si nunca me hubiera bañado de verdad, la sensación de tener todo el
cuerpo en contacto directo con el agua era indescriptible, y me habría
quedado allí para siempre de no ser porque al rato ya hacía fresco en el
agua...
Cuando volví a la toalla, el primer instinto fue taparme, porque se
acercaban dos señoras y me daba algo de vergüenza. Al rato me di cuenta de
que nadie miraba y volví a dejar todo el cuerpo al aire.
Así pasó la primera mañana, con sentimientos encontrados, pero con una idea
que no se iría nunca: esto hay que repetirlo, y cuanto más mejor.
http://vidanudista.blogspot.com/2013/11/la-primera-vez.html
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