Sobre la Desnudez en Familia
por Bertrand Russell
Bertrand Arthur William Russell, (1872-1970) fue un filósofo,
matemático, lógico y escritor británico ganador del Premio Nobel de
Literatura en 1950. Pero su pensamiento liberal le granjeó persecuciones en
su época, y sus opiniones acerca de la desnudez, fueron condenadas como
“repulsivas” por un juez quien citó uno de los primeros libros “La educación
y la vida buena”. Se pretendía presentar a Russell como un “lujurioso,
erotomaníaco y lascivo” que patrocinaba una especie de exhibicionismo
familiar.
He aquí algunas de sus opiniones:
El tabú contra la desnudez es un obstáculo para una actitud decente hacia el
sexo. Cuando se trata de los niños, ahora lo reconoce mucha gente. Es
conveniente que los niños se vean y vean desnudos a sus padres, cuando esto
sucede naturalmente.
Habrá un corto período, probablemente a los tres años, en que el niño se
interese por las diferencias entre su padre y su madre, y las compare con
las diferencias entre él y su hermana, pero este período pasa pronto, y
luego ya no se interesa por la desnudez.
Mientras los padres no quieran que los hijos los vean desnudos, los hijos
tendrán necesariamente la sensación de que hay un misterio, y al tener esta
sensación se harán lascivos e indecentes. Sólo hay un medio de evitar la
indecencia, y es evitar el misterio. -Un niño debe ver, desde el primer
momento, desnudos a sus padres y hermanos, cuando esto suceda naturalmente.
No hay que violentar ninguna de las dos cosas; sencillamente no debe dársele
la impresión de que a la gente le afecta la desnudez.
También hay importantes razones en materia de salud en favor de la desnudez,
como por ejemplo el baño de sol. El sol sobre la piel desnuda tiene un
efecto extraordinariamente saludable. Además, cualquiera que ha visto correr
a los niños desnudos al aire libre, tiene que haberse dado cuenta de que se
mueven con mucha mayor gracia y libertad que cuando van vestidos. Lo mismo
ocurre con los adultos.
El lugar adecuado para la desnudez es el aire libre, el sol y el agua. Si
nuestros convencionalismos lo permitiesen, la desnudez dejaría pronto de ser
un incentivo sexual; todos nos portaríamos mejor y estaríamos más sanos por
el contacto del aire y el sol en la piel, y nuestros patrones de belleza
coincidirían más con nuestros patrones de salud, ya que tendrían en cuenta
el cuerpo y su actitud, no sólo la cara.
Hay también importantes razones en materia de salud en favor de la desnudez,
como por ejemplo el baño de sol. El sol sobre la piel desnuda tiene un
efecto extraordinariamente saludable. Además, cualquiera que ha visto correr
a los niños desnudos al aire libre, tiene que haberse dado cuenta de que se
mueven con mucha mayor gracia y libertad que cuando van vestidos.
Lo mismo ocurre con los adultos. El lugar adecuado para la desnudez es el
aire libre, el sol y el agua. Si nuestros convencionalismos lo permitiesen,
la desnudez dejaría pronto de ser un incentivo sexual; todos nos portaríamos
mejor y estaríamos más sanos por el contacto delire y el sol en la piel, y
nuestros patrones de belleza coincidirían más con nuestros patrones de
salud, ya que tendrían en cuenta el cuerpo y su actitud, no sólo la cara. A
este respecto, hay que encomiar la práctica de los griegos.
El notable incremento en el número de piscinas privadas y la multitud que
acude a las playas en verano, donde el baño acompaña a la exposición al sol
y la brisa, testifican de nuevo el gran placer que supone la excitación
sensorial derivada de desnudarse y exponer la piel a los elementos.
Fuente consultada:
https://histonudismo.wordpress.com/2019/02/11/el-pensamiento-de-bertrand-russell-sobre-la-desnudez/
|