La Mística de Nudelot
Capitulo 6°. Los Monjes Locos
“Lo que hacemos, vivimos y pensamos en
este presente, será lo que vivirán nuestras futuras generaciones; el
naturismo es un sueño que se siembra, para vivir positivos presentes en
el futuro” Para los nudelotenses no era nuevo en esta vida morir, pero
el vivir tampoco lo consideraban algo novedoso o fantástico… simplemente
el vivir debería considerarse como una hermosa fiesta”.
En la Mezquita o “Casa Dorada del
Conocimiento”, se escribieron y guardaron los libros dorados de los
poetas muertos y los libros dorados de los poetas vivos; eran libros
sagrados proféticos de producción colectiva o asociativa, que resumían
toda la luz del conocimiento de ese momento. Todos saludaban al Maestro,
diciéndole: “Regálame lo mejor de tu luz, Gran Maestro” y él les
contestaba: “…querido hermano, escuche y memorice, antes que se
apague la luz de mi conocimiento…”.
Pronto fueron tildados como “la
orden de los monjes locos” … porque al saludarse en las mañanas,
decían: “Hermano, morir tenemos” … y los monjes más antiguos,
contestaban: “Qué noticia !!” … pero ellos estaban seguros de
estar creando con el dorado de la luz un paraíso de iluminados. Para
ellos el acceso a los libros sagrados era libre, porque la Luz debería
permanecer abierta y accesible a los espíritus ávidos del manantial
divino… el comportamiento colectivo se fue unificando, cuando fueron
desapareciendo las observaciones raras y emocionantes… pero se insistía
en una ilustración permanente, porque casi siempre: ”muchas estrellas
muertas, seguían vivas en muchos sentidos; el hombre mediocre debería
hervir en el amor, tres veces mínimo su alma…
Cuando explotemos como estrellas, cada
huella nuestra debe transformarse en una antorcha para la eternidad…
sólo habremos aprendido a hablar, si los ecos de la luz de nuestras
palabras, trascienden”. Para el nudelotense su grandeza como pueblo o
secta, debería medirse por la calidad de sus ciudadanos… los textil Eros
miden al hombre por su estatura o sus riquezas… y por eso siempre verán
a la vida borrosamente bella… para ellos era despreciable el
sometimiento y las actitudes serviles de las mujeres textil Eras y por
eso, su sufrimiento no les merecía ningún respeto.
A ningún niño nudelotense se le
privaba de la oportunidad de hablar o escuchar a los adultos, mayores o
a “los filósofos de la vida” porque todos tenían que aprender a caminar
humildemente entre gigantes o hombres con sabiduría y nunca pretender
ser más insignificantes de lo eran… cada uno es el que es y es único…
El valor de la palabra era sagrado,
bastaba que un nudelotense dijera: “Con los ojos de ver, vi” para que se
creyera en sus palabras… No eran fanáticos porque no consideraban fijas
a las ideas… los pensamientos eran vivos y móviles…lo que hoy es, mañana
puede no ser… todo era relativo para ellos, porque creían que las
reflexiones y los pensamientos, les permitirían siempre evolucionar
hacia la luz.
El mundo sin embargo lo consideraban
como pluralidad y multiplicidad, pero todo debía aceptarse sin
discriminaciones… “tu verdad, puede ser mi verdad, si me consideras tu
amigo, regálame lo mejor de tu luz, hermano de camino”; de ahí, el
rápido poder cultural y los cambios político-sociales que lograron en
corto tiempo.
Sólo el mal era considerado como
tentación o factor para regresar a las raíces paganas ya abandonadas o
superadas… “desnudarse y quitarse la ropa al socializar, es más que una
liberación textil, es borrar complejos y olvidarse de tabúes” les
recalcaba a los novicios o primerizos.
La voluntad para el nudelotense era la
más poderosa de las fuerzas… sin sueños grandes, el hombre jamás
crecería… “Ayúdame hermano nudelotense, para que no se apague la llama
de tu sabiduría, en la luz de mis ojos” era una de las frases más
hermosas que se expresaban entre ellos.
Se combatía la ignorancia y la
envidia, como semillas del mal de la descomposición… para ellos el
concepto de lo justo, era muy claro o simplemente natural; nada justo,
desequilibraría la balanza de la justicia; siempre se escuchaba con
igual imparcialidad a ambas partes, porque: “todo lo que sucede, sucede
o se da por alguna razón… nada es absolutamente circunstancial” …
Al enamorarse no daban ni pedían
explicaciones; simplemente se dejaban arrastrar e invadir por la
demencia y sabiduría de las aguas del amor; para ellos, el amor siempre
sería una primavera… Creían en el amor perecedero… Pero también pensaban
que era un absurdo el sufrir por culpa del amor o de los sentimientos
por capricho… “todo cambia y muta por diferentes razones… el amor es
como el río del tiempo… pero es vulnerable a los vientos del destino”,
se lee en un aparte. No es vengándose como se hace sentir inferior a un
enemigo, sino dejando en manos del tiempo y del remordimiento la
justicia… nadie se cuelga porque si de un árbol… o se embriaga o se
droga hasta perder el sentido.
Cedielus de Nudelot
Héctor Cediel Guzmán
hectorcediel@gmail.com
Continuará
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