El tiempo es como un río, un flujo incesante. La fotografía es una tajada de este río puesta aparte. Todo sigue su proceso de descomposición, mas la imagen conserva los detalles que, hoy insignificantes, cobrarán sentido en un futuro cuando nos reencontremos.
La vida se concentra junto con sus hechos, sus días, sus encuentros, pero es otoño; todo ha transcurrido ya, todo está lejano, inerte, sólo sirve para evidenciar los valores de la temporalidad, por lo tanto, del límite de una experiencia que nunca creímos eterna, pero cuyo fin tratamos de retrasar para hacerla más completa, para comprenderla mejor o, quizá, sólo para aprender a aceptar su solución.
Si la temporalidad es posibilidad de dispersión, de anulación y muerte; para conservar y garantizar el futuro es necesario sustraer la verdad del pasado. Cuerpos Desinhibidos realiza precisamente este momento de orden, haciendo que el espíritu se detenga sobre consideraciones que -en lenguaje actual- podríamos definir como "históricas" en cuanto representan los pensamientos del paso de lo viejo a lo nuevo, pensamientos de nacimiento y de muerte.
Envejecer es parecerse cada vez más a uno mismo, más para quien en su juventud poseyó gracia y belleza e hizo de éstas confort y supervivencia. Para este individuo no existe caricatura más cruel que la realidad, seguramente -al empezar a envejecer- se sintió como un huérfano sin herencia.
Esta iniciativa no busca capturar al ser excepcional, sino al hombre común; al que transita por cualquier ciudad y que baja del autobús, que forma parte de cualquier fila; el que de algún modo representa a todos los hombres, el que no trasciende ni llega a ser importante… Retratarlo como algo efímero y transitorio, de forma vulnerable, sin maquillaje y en completa desnudez.
Este individuo -que a la vez se permite jugar con su cuerpo, sea cual sea, que es libre y hoy por hoy- ha tomado una posición; sin importar que suceda después. Él finalmente -con el tiempo- reencontrará entre sus manos las imágenes de lo que fue y no el vacío de lo que no se atrevió a hacer.
Ivan Brondo
* Arquitecto y artista plástico Iván Brondo fue el iniciador del Colectivo” Cuerpos Desinhibidos” a partir de las experiencias de Spencer Tunick. en el Zocalo- Mexico, Mayo de 2007. Su propuesta fue hacer converger a individuos que por causalidad estuvieron juntos ese mismo día sin haberse conocido; Así coincidieron escritores, intelectuales, psicólogos, artistas, maestros, terapeutas, musicólogos, líderes y personas con gran experiencia de vida, dando a este colectivo una riqueza que se expresa en la diversidad de su obra. La característica más destacable es que directores, coordinadores, creadores de imágenes y participantes se encuentran en las mismas condiciones: desnudos de mente y cuerpo. Interactuando estrechamente en cada una de las sesiones.
Ver enlace relacionado http://www.revistanudelot.com.ar/home_6.htm
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