“El
nudismo no es exhibicionismo, no es mostrase, no es posar o modelar para
un artista o amante...” Predicaba el poeta Cedielus en la plaza de
Nudelot.
“No
podemos seguir sobreviviendo entre el miedo y las esperanzas. La pérdida
de confianza no puede ser nuestro talón de Aquiles. Todos somos
eslabones de un proyecto y todos debemos aportar a ello. Debemos ser
creativos e innovar, proponer diferentes actividades donde se pueda
socializar desnudos.
Creamos en el poder de la palabra y generemos conversaciones
conscientes, con argumentos, con un lenguaje que seduzca. Generemos
iniciativas estratégicas de inmediato Los eventos nudistas son más
efectivos que las palabras, por poderosas que sean, inclusive las
metáforas.
Persistamos. Estamos deconstruyendo para edificar sobre nuevas bases.
Sin escepticismo ni oposición no podemos generar una verdadera
transformación. La pobreza, una baja o mala educación, tampoco pueden
ser impedimento.
Debemos trabajar desde la base hacia arriba y desde arriba hacia abajo.
Miremos a largo plazo. Estamos aportando a la liberación de muchos
individuos cuyo estatismo les genera miedos y controversias que los
pueden convertir en agresivos.
La
meditación, la biodanza y el arte figurativo pueden aportar mucho.
“Tenemos que ser libres, antes del fin” me decía a mí mismo, a sabiendas
que no es fácil habitar este mundo con sentido y con conciencia.
También las artes y humanidades nos pueden salvar de este infierno. Soy
un autodidacta imperfecto, pero siento piedad por cualquier ser humano.
No
podemos actuar como ciegos, frente al lado oscuro de esta surrealista
vida, donde el sexo intenta equipararse al amor. Todo es relativo y
circunstancial, y por eso, no dudo que pueda ser posible la salvación
del hombre.
Todo
lo que tenga un corazón que lata, merece ser salvo. No podemos
arrepentirnos de nada, simplemente vivimos nuestro guión y creo que, de
alguna manera, nacemos predestinados. Es absurdo que el sufrimiento sea
más didáctico que la felicidad, pero lo es.
Gracias al Códice de la vida nudelotense, aprendí que muchas veces hasta
los tontos tienen la razón.
Gracias a los momentos o a los días duros de nuestras vidas, es que nos
forjamos al fuego como el acero y siempre los recordaremos como los
mejores momentos vividos; inclusive tener buenos enemigos debe hacernos
sentir orgullosos y da testimonio que no pasamos en vano por la vida.
Sin
valentía todas nuestras virtudes se opacan. Gocemos siempre de buena
salud, como esos muertos que jamás mueren.
Creo
en la experiencia, pero sin quedarnos llorando en el pasado. El futuro
sólo es esperanza, si lo concebimos y creamos a nuestro gusto. Tenemos
que vernos y aceptarnos como seres humanos, sin diferencias, sin
exclusiones. Este es el gran aporte de socializar desnudos.
El nudismo es y será un estilo de vida que se debe replicar. Cambiar
la forma de ver y sentir la vida. Proponer nuevas formas, pero también
exponer grandes desafíos. Es el temor al qué dirán, o sentirnos
vulnerables. De todos depende que se supere o no se genere esa mea
culpa, que nos censura y nos limita.
Será
un “paraíso mediterráneo” donde la naturaleza y el amor se darán cita.
Cada experiencia será única. Vivir con libertad y defender buenas ideas,
siempre será más peligroso que ir a la guerra, porque en una guerra, a
uno solo lo matan una vez.
Héctor Cediel Guzmán
Bogotá, D.C. Colombia
hectorcediel@gmail.com
Continuara >>>
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