Cenas Nudistas
“Füde Dinner Experience”00
El fenómeno culinario-social del momento se llama “Füde Dinner
Experience” una vivencia en la que la desnudez es requisito de obligado
cumplimiento.
Charlie Ann Max es una artista multidisciplinaria norteamericana que
durante muchos años estuvo sometida a los rigores físicos y mentales que le
exigía el ballet. Acabó exhausta. Le costaba aceptarse porque, como ha dicho
en alguna ocasión, "el culto al cuerpo era bastante tóxico". El nudismo le
ayudó a aceptarse tal como era y a encontrarse a sí misma, a quererse, a
modo de terapia que conectaba su ser con la naturaleza.
Füde Experience nació como una cuenta de Instagram, en donde Charlie
colgaba imágenes y comentarios y recetas sobre sus dos obsesiones-pasiones:
la cocina (vegana) y la desnudez.
Aunque lo de saltar, andar y bailar desnudo ya lo hacía con sus compañeras
con las que compartía un apartamento en Brooklyn desde 2014, allí se percató
de que sentía mucha libertad.
Su dirección de Instagram fue a más, pero los censores de ese gran hermano
la cerraron (ya saben, que si desnudos...), así que empezó a organizar
veladas nudistas en su casa allá por 2018, íntimas, recoletas, 'charleta'
entre amigas y, dos años más tarde, en abril de 2022, inauguró de manera
oficial The Füde Experience.
Primero fueron seis personas, luego 15, de ahí saltó a 30, 40 y, oiga, que
ya no cabían más en el 'loft'. Se supone que a día de hoy el máximo son 25,
pero en algunas experiencias se llega a las 50.
"Füde es un espacio liberador que celebra nuestro ser más puro, a través de
la cocina basada en plantas, el arte, la desnudez y el amor propio. Nuestras
experiencias están seleccionadas por facilitadores de una variedad de
industrias, cada uno aporta su propia perspectiva única al objetivo de Füde
de ayudar a los participantes a conectarse con su ser puro".
"Las actividades que se ofrecen en nuestro espacio son diversas y pueden
incluir trabajo de respiración, canto/tonificación vocal, yoga, meditación,
sanación con baños de sonido, movimiento, arte, dibujo de la vida,
indicaciones de escritura, clases de cocina y talleres informativos. Además
de las actividades mencionadas anteriormente, nuestros eventos también
ofrecen talleres sobre temas como 'mindfulness', autocuidado y desarrollo
personal". Y su objetivo: "Crear un espacio seguro y de apoyo donde los
participantes puedan explorar su identidad auténtica y conectarse con otros
en un nivel más profundo. Creemos que, a través de la vulnerabilidad, la
expansión y la conexión, todos podemos encontrar nuestro ser más puro y
experimentar una verdadera transformación".
Comida de la experiencia
La comida (vegana) siempre acompaña las jornadas
(desnudas), sea cual sea el enfoque del asunto: hay que pagar 80 euros, la
ropa se deja nada más entrar por la puerta y el desinhibirse más o menos
depende de cada uno, de lo que vaya buscando, de lo que espera y, eso sí,
para apuntarse hay que hacerlo a través de su web y responder a algunas
cuestiones: si es mujer, lo tiene muy fácil; si es hombre, y es su primera
vez, tiene que venir recomendado por alguien que ya sea un 'füdexperiencer'
veterano/a. Este proceso de selección es primordial para asegurar la
seguridad y la comodidad de los que asisten.
"Cuando estás consumiendo conscientemente, los beneficios van más allá de tu
cuerpo físico. Tu mentalidad es fuerte, tu cuerpo es fuerte, el medio
ambiente se está preservando y es un maravilloso ciclo que continúa
cosechando beneficios en todos los niveles", apunta Charlie.
Está prevista una Füde Experience en España para agosto.
Para terminar, un testimonio de Nora, una invitada a una de estas jornadas
celebradas hace unos meses en Nueva York: "Qué bendición poder sentarme en
la ceremonia con otras 29 personas para The Füde Experience haciendo
ejercicios de respiración y comiendo desnudos unos platos veganos. Todavía
estoy procesando mi experiencia, pero por lo que observo hasta ahora, mi
mayor desafío no fue estar desnuda socialmente, sino simplemente sentirme
parte de un grupo. Siempre son un reto para mí las reuniones y tal vez
ciertos aspectos de la dinámica social se vieron realzados por la desnudez
(el vecino que carecía de conciencia del espacio corporal se amplificó, por
ejemplo), pero por lo demás, no creo que me sintiera más ansiosa por estar
desnuda junto a otros en un mismo espacio. De hecho, como alguien que
experimenta ansiedad social, me sorprendió mi energía tranquila durante la
velada de tres horas. Aprecié muchos de los ejercicios que hicimos, que
añadieron seguridad y eran completamente desexualizados. Antes de ir, los
miembros de mi familia dijeron -¡oh, recuerdo fiestas como esa en los años
70 y se convirtieron en orgías!-, y eso me pareció tan 'Eyes Wide Shut'".
Ninguna de esas referencias sonaba verdadera y me sentí segura durante la
comida ceremonial, mientras me recordaba constantemente a mí misma que debía
permanecer en mi propia vibración. Los sentidos y las emociones pueden
aumentar en los círculos de curación y la desnudez ciertamente agrega otra
dimensión a eso, ya que no estamos acostumbrados a socializar desnudos.
Estando del otro lado, me encantó poder desafiarme a mí misma y salir
sorprendida".
Fuente
https://www.expansion.com/
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