Crónicas de viajeros
Paraíso Escondido. Colombia
A fines de marzo de este año visité el emprendimiento nudista familiar
llamado Paraíso Escondido, situado en Anapoima, Colombia, un bello lugar
escogido por sus dueños, Marisol y Rubén, para vivir con sus hijos Sofía,
Rubén y Martín.
Todos sabemos que moverse por Colombia no es fácil y hay que hacerlo por
vías y horarios seguros. Después de contratar a un buen conductor llamado
Andrés, recorrimos juntos los 78 km que separan la hermosa localidad de
Anapoima de Bogotá en 3 hs de camino.
La zona goza del mejor clima de Colombia, caracterizado por una oscilación
térmica de 23 a 32 grados. Un verano perpetuo que atrae a miles de familias
durante el año y al retiro, junto con una larga vida a la generación de
jubilados.
Arribar a este emprendimiento, correctamente señalizado, provoca una gran
alegría. Sus dueños y administradores han desarrollado un hermoso complejo
naturista de más de 5.000 mt. cuadrados, salpicado por glamping, lugares
para tiendas de campaña, una zona social y bella piscina junto con la
próxima inauguración de una zona de spa.
En efecto, las tiendas de campaña están muy bien equipadas con baño, buenas
camas, literas, conexiones a la red, toallas, ventiladores, neveras. Son
lugares muy gratos y simples para alojar e integrarse a un modo de vida
natural.
Llama la atención de parte de Marisol, Rubén y todo su equipo de trabajo la
forma de acoger tan propia del pueblo colombiano. La natural inseguridad que
provoca un lugar destinado al naturismo se ve compensada por la belleza del
lugar, sus instalaciones de primer nivel y, sobre todo, por la acogida y
dedicación de sus anfitriones. Al poco rato te hacen sentir en casa para
poder comenzar a vivir una experiencia de vida al natural inolvidable.
Todo trascurre en armonía con la naturaleza, el clima, las hermosas
instalaciones, ricas comidas y días de descanso vividos, desde la mañana a
la noche, como si estuviéramos en el mejor resort disfrutando en modo
naturista.
Estar en Paraíso Escondido invita a no querer dejarlo. Parece un sueño hecho
realidad para nuestra América Latina y Caribeña, junto con un ejemplo
prometedor de emprendimiento turístico naturista que puede inspirar
iniciativas semejantes.
Durante esos maravillosos días compartí la vida cotidiana con la familia de
Rubén y Marisol y con otros visitantes que se alojaron durante mi estadía.
Nuestras actividades, además de disfrutar de tan plena naturaleza, fue
variada: nadamos y jugamos vóley en la enorme y bella piscina, disfrutamos
de la rica gastronomía colombiana, conversamos durante las comidas sobre
sobre variados temas, incluidos el naturismo y sus beneficios para la
persona y las familias.
Una pareja de jóvenes textiles se animó a iniciarse, ya que es un lugar que
alterna, según los visitantes, ambos estilos de vida. Nos dimos cuenta de
que muchas personas quisieran tener una experiencia naturista, pero nadie
les da una mano y un impulso con argumentos bien fundados para realizarlo.
Es importante la motivación y el ejemplo. En eso Rubén y Marisol junto con
sus hijos son unos campeones siempre respetuosos del ritmo de cada persona.
Así podrán seguir surgiendo, en un futuro próximo, numerosos lugares
pensados para integrar la vida naturista con las necesidades de familias y
personas que les gusta este maravilloso género de vida.
Felicitaciones para Rubén y Marisol por hacer un sueño posible para tantos
que hemos sido muy felices en ese paraíso y un aliento para todos sus
proyectos futuros.
Jorge, Chile
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