|
En Nudelot las puertas y las ventanas solo se
cerraban en invierno, como protección contra el frío.
Fue la primera ciudad de
puertas y corazones abiertos, que concibió la inteligencia humana. Los
"textil Eros" siempre serán imperfectos, "hombrecitos menores" como los
denominó Sir Sigmund "el loquero espiritual".
Floreyna siempre cargaba la "Esfera del Fuego Níveo" en sus manos para
alimentar a su Unicornio azul, porque decía que los límites entre el
conocimiento y la ciencia, siempre debían ser inmaculados;
Decía
que sentía lástima por ese hombre que reformaba todas las cosas, por ese
hombre reformador, revolucionario, que muchas veces era de una avanzada
atrevida, pero que no hacía nada o muy poco por si o para sí mismo "es
como el médico que agoniza por la enfermedad que cura en otros”.
"Si
nosotros no cambiamos, jamás seremos multiplicadores del cambio.”
Podemos descubrir y conocer muchas verdades, descifrar muchos misterios,
solucionar muchas incógnitas, pero tenemos que reorientar nuestros pasos
y nuestros destinos.
No
podemos seguir pensando en demasía, pero mal; no podemos seguir
cometiendo y viviendo de error en error.
Hoy
como ayer y como casi siempre, hemos vivido en una decadencia activa.
Vivimos realidades demasiado surrealistas; solo desnudando nuestros
cuerpos, podemos comprender y universalizar nuestros lenguajes; tenemos
que romper estructuras obsoletas, que no son funcionales en nuestro
pensamiento o no se ajustan a nuestro tiempo; no podemos seguir viviendo
o viéndolo todo, bajo la óptica del mundo textil
He
aprendido mucho del libro: "Las leyendas del río de la vida", escrito
por los sabios de la tierra de las fantasías, porque allí el amor todo
lo hacía posible o realidad.
Eran
los escribanos que celebraban "las tertulias lúdicas", alrededor de la
mesa redonda, porque según ellos: "bastaba buscar en nuestro interior
para aprender" y cuando el pensamiento se apoderaba de ellos y
traspasaban las barreras del conocimiento, solían decir:
“Queridos y apreciados
camaradas, hablando se aprende a filosofar.
Héctor Cediel Guzmán
Bogotá, D.C. Colombia
hectorcediel@gmail.com
|