A las 15 hs yo ya estaba en la puerta del hotel esperando, alrededor de la 15:20 hs llegó y subí al auto como un chico al que llevan por primera vez a un circo.
Llegamos al gimnasio, nos cambiamos y entramos al salón, esta vez había una mujer adelante meditando con una túnica blanca, era una profesora de la que Wayne me había hablado muy bien, parece ser que ésta mujer naturalmente tiene una energía muy especial, su edad rondaba entre los 45 y 50 años. Su inglés no era tan claro como el indio, pero igualmente se entendía bastante bien.
Una vez que terminó de meditar ya habían entrado todos los alumnos, se sacó la túnica, la música y la luz fue más suave y comenzaron l as as anas, se realizaron más o menos las mismas que la vez pasada, hubieron más ejercicios en pareja, se hizo el ejercicio de agradecimiento de otra manera, en vez del abrazo, se le daba al compañero un pequeño masaje en la espalda, en la cara y cuero cabelludo, como siempre con un gran respeto, al cabo de unos 10 minutos se cambiaba de lugar, el que daba pasaba a recibir el suave masaje.
La meditación final fue similar a la vez anterior, en circulo acostados y todos tomados de las manos e intercalados, mujer-hombre-mujer, duró alrededor de 50 minutos y el grado de relajación logrado fue también importante.
Esta vez, no bien finalizaba el ejercicio de relajación, cada uno se levantaba cuando se sintiera para hacerlo y había que pasar al frente a abrazar a la profesora, ésta primero nos tomaba de la mano y luego nos abrazaba suavemente durante unos segundos.
Cuando me tomó de la mano sentí algo especial, pero cuando me abrazó fue como si me hubiera agarrado un rayo, sentí un fuerte sacudón, me susurró algo en el oido y me fui al vestuario medio mareado.
Llegué al vestuario y me senté en un banco, al rato se acerca un ayudante y me pregunta cómo me sentía, le repondí estoy mareado, no se haga problema continúe sentado unos minutos que ya se le pasará. Me intranquilizaba no ver a Wayne, después de un tiempo aparació sonrriendo junto a unos alumnos, _Qué le pasó amigo , me dijo.
_Nada, me agarró un tren, le respondí. Se sonrió y me dijo _Yo le dije que esa mujer tenía algo diferente. _Usted la pasó bien, hay gente que se desmaya, es más, cuando me abrazó a mi la primera vez me desmayé por más de 10 minutos. _No se haga problemas, en unos instantes se sentirá espléndidamente y tome nota que será una sensación de la que no deseará salir nunca más
Aproximadamente a los 20 minutos ya me sentía muy bien, me duché, me vestí y salí a encontrarme con Wayne, él estaba rodeado de sus compañeros de siempre, hablando y riéndose a carcajadas. Cuando me vió me consultó sobre mi estado y le respondí.
Nos fuimos a cenar al mismo restaurant de la vez pasada, creo que era el único de la zona que vendía cerveza los domingos, comimos muy bien, gozamos de la cena como si fuera la última que ibamos a tener por mucho tiempo.
Por su puesto que la mayor cantidad de preguntas fueron sobre la instructora , _Qué potencia que tiene esa mujer, le dije. _Vió lo que le comentaba de las mujeres?, respondió
Pero no vaya a creer que todas son iguales, ésta señora es un ser especial, además del don que le fue dado, su vida toda es muy especial, está dedicada mayormente a ayudar a enfermos terminales y psiquiátricos, no cobra un sólo dólar. Viajó varias veces a la India y a Oriente. Hay otras dos señoras más jóvenes que son instructoras que también siguen el mismo camino.
De lo que se desprendía de todas las charlas que habíamos tenido con Wayne, para él era que al Hombre se lo conocía como que pertenecía al Sexo Fuerte por lo físico, en cambio a la Mujer la encasillaba como que pertenecía al Sexo Espiritual o Energético.
Sin esa energía plus que tienen no se podría engendrar un ser, me decía, usted piense en el trabajo de transformación que deben hacer para convertir un espermatozoide en un niño, esa energía la tienen permanentemente y muy pocas lo saben o se dan cuenta que la poseen.
Como siempre la cena fue corta para mi gusto, siempre me quedaban cosas para preguntarle, me llevó al hotel y nos despedimos con un fuerte y fraternal abrazo, él el lunes debía viajar y no nos encontraríamos en la fábrica por la mañana, yo a la noche ya me volvía para la Argentina.
De vuelta en mi pueblo me puse a pensar nuevamente si se podría empezar hacer algo de lo que había vivido en mis dos viajes a EEUU, las respuestas nunca me llegaron. No intenté con la gente de yoga de la zona, por lo que explique anteriormente, tampoco en las ciudades cercanas encontré algo que se pudiera encarar.
Recuerdo que Wayne me comentó que yo tuve mucha suerte, ya que nadie entra a ese círculo de yoga así nomás, generalmente la gente que va es por recomendación de un integrante del grupo y previamente deben pasar un filtro muy estricto.
Me manifestó que él mismo estuvo como tres meses intentado ingresar, con recomendación y todo le costó. _Dese cuenta que lo que se hace ahí adentro en muy profundo y serio y no se puede permitir entrar a cualquiera.
_Y por qué conmigo se tuvo esa deferencia ,?le pregunté. _No sé, me respondió. Cuando consulté si podía invitarlo me respondieron que yo decidiera. Me quedé pensando para adentro, _Por qué habrá querido éste hombre que yo fuera ahí?, desde ya que se lo agradeceré de por vida, pero qué habrá visto en mí que lo llevó a invitarme?.
No pierdo las esperanzas que en algún momento de mi vida pueda experimentar nuevamente lo vivido en esas dos oportunidades.
Ya pasaron varios años y no tuve la ocasión de revalidar mi título de nudista. |