Sabia que iba a gustar, de hecho ni yo imaginé que produciría semejante impacto en el visitante y en los que siempre quieren volver al lugar.

Si bien el terreno tiene alguna que otra cuesta, no es nada difícil teniendo en cuenta que Cordoba es montañosa y no llana,

Hacia el 26 de enero de este año, Mario, un gran sanjuanino y yo, fuimos a buscar por nuestra cuenta y sin más guía que la intuición, la orientación cardinal y los astros, la Cascada de los Chorrillos de 107 metros de altura. La señora de Mario no quiso venir por miedo a la montaña y viendo mi espíritu de aventura Mario terminó acompañándome.

Caminamos durante siete horas, encontrando tres lugares impactantes por su paisaje, en los cuales los dos últimos son muy lejanos y de difícil acceso para la mayoría.

Pero con las fotos de esos lugares volviendo y bajando por una larga pirca que me servia de orientación, vimos a los lejos, a mas de 1,5 km. un salto grande de agua Pero solo la parte superior que hacia mucho ruido.

 

 


Nos dirigimos hacia allí y primero encontramos la unión de dos arroyos formando una hermosa playa de piedra con piletones en formas de rodillos, que yo bautice en con el nombre de Playa Mario o Playas del Sol en honor al co-descubridor, aunque está fuera del terreno de la reserva.

En ese lugar Mario (un señor de unos 58 años) se mostró como un chico jugando con agua e improvisando un dique con piedras Al empezar a remontar arroyo arriba con la intención de llegar a la supuesta caída de agua (no mas 10 minutos) y atravesando lugares completamente vírgenes (te das cuenta que nadie nunca anduvo por ese lugar, y en forma absolutamente imprevista apareció ante nosotros el salto en un cajón totalmente escondido de increible belleza y vegetación muy verde y mucha agua. su profundidad todavía es desconocida aunque muchos han querido hacer fondo y no lo han logrado

Me acerqué braceando al pie de la caída y se podía subir y meterse en una grieta donde el agua que cae te separa de todo lo demás creando una suerte de cortina de agua y frescura indescriptible por su sensación de éxtasis.

Luego volvimos a buscar un lugar para remontar la parte superior (unos 15 mts de altura) y verla desde arriba. Desde allí empezamos a caminar y a los 5 minutos divisamos un mogote de piedra que conocí cercano a la ollita feliz por lo que considere que habíamos retomado la dirección de la casa (y no me equivoque)

Estábamos a minutos de la casa., y por tanto estaba cerca para hacerlo de vuelta. Cuando llegué con las fotos en la cámara, Miguel dijo: donde queda eso? porque nadie conocía ese lugar, ni el puestero.

Por supuesto desde arriba , hasta no llegar al borde, no se sabe que hay una caída, y desde abajo, hasta que no tenerla al frente , tampoco

En Febrero, cuando volví, Miguel quiso conocer el lugar ni bien llegué (estaba ansioso). Lo único es que debía reconocer el terreno pero al revés porque nosotros lo descubrimos viniendo a la casa.

Nuevamente pudimos llegar y mi intuición y sentido de la observación no falló. Miguel se quedó impresionado. En resumen fue de esa manera su redescubrimiento. Desde ese momento se convirtió en un lugar muy visitado

El domingo había tanta gente que la cascada nunca soñó ver en sus aguas y mi orgullo estaba por los cielos, más con la opinión de los caminantes..
 
Por ello, quedo uno con mi apodo y el otro lugar, como yo lo había ya bautizado, con el nombre de Mario, en el mapa de Yatan Rumi.
 
Pity