Allá por 1998, si alguien me hubiese pedido que me auto-describiera, la palabra "nudista" no se me hubiese siquiera ocurrido.Hace ocho meses, con muchas dudas, quizás me hubiese descripto como "en proceso de ser nudista.”

Ahora estoy acá, "desnuda frente a la computadora", y escribiendo para todo el mundo sobre mi nuevo estilo de vida nudista. Para mí, el cambio fue dramático, profundo, y una transformación personal. Transformarse en nudista es un proceso de auto-exploración y reflexión.
Comenzó como un emprendimiento solitario, y se expandió a incluir a mi marido y luego a un mundo de amigos virtuales.
Aunque mi primera experiencia nudista "real" empezó la primavera pasada, siento como si el nudismo ha sido siempre parte de mi vida. Comparto mis experiencias y espero encontrarme desnuda en situaciones sociales. ¿Y todo eso en menos de un año?.

Sí y no. Sí, muchos de estos cambios han ocurrido en los últimos meses. Pero no, porque me doy cuenta muy dentro de mí, que he sido nudista durante muchos años. Tengo recuerdos frescos de ser joven, feliz, y desnuda, chapoteando o jugando sobre la arena.

Y por ejemplo, años más tarde, en una fiesta de mi fraternidad universitaria, hubo como 30 de nosotras que nos escapamos y nos zambullimos en la pileta de la universidad. Ninguna usó traje de baño, y nadie se preocupó. Nadamos, nos relajamos, charlamos. Tenía menos connotación sexual que la fiesta en la casa de la fraternidad. Nadie se escapó a los dormitorios. Para que quede registrado, cuando conocí a Tony, que se convirtió en mi marido, me enamoré y nunca miré para atrás -- hace ya 20 años.

 

Él y yo siempre disfrutamos el estar desnudos juntos; pero hasta hace poco, nuestras actividades si ropas eran bastante tradicionales. Dormimos desnudos, leemos, miramos televisión, pero raramente nos aventurábamos más allá de la puerta del dormitorio. Pero hacer algo menos tradicional, tal como cenar desnudos, nunca se nos ocurría.

Avancemos rápidamente hasta 1998. Tuve la oportunidad de visitar a un amigo de la secundaria a quien no había visto por 25 años. Lo pasamos bárbaro riéndonos, contándonos nuestras experiencias, y rememorando nuestras historias. Pero como la canción, su "máscara" feliz ocultaba una persona infeliz. Superficialmente, tenía todo lo que deseaba: un linda casa, trabajo, un auto fabuloso, muchos amigos. Pero una cosa que dijo se me pegó: "No estoy feliz con mi cuerpo"

Ahora bien, este muchacho no tenía razón para esto. Con 1.88 de altura, pesa sólo 77 kg. Juega tenis 4 veces por semana, y tiene un estado fantástico. Y luce mucho mejor ahora que cuando estaba en la secundaria. Pero no pude sacarme su comentario de la cabeza. Me hizo pensar cómo veía yo mi cuerpo. Podría perder algunos kilos, pero no me odio a mi misma. Recurrí a mi fuente de toda información,
la internet, y empecé a leer sobre la aceptación de uno mismo.

Esto me llevó rápidamente al nudismo y naturismo, por lo que empecé a leer sobre esto también. A medida que lo hacía, mis pensamientos iban y venía. Iba hacia "Me gustaría probar esto" y venían hacia "ya lo probé hace mucho tiempo"

 

En abril le dije a Tony: "Tengo una necesidad de pasar con vos un período de tiempo prolongado desnuda". Se mostró sorprendido, pero dijo que bueno. Esa misma noche, una vez que pusimos los chicos en la cama, decidimos jugar al backgammon desnudos

. Ese fin de semana, logramos acomodar los chicos en casa de unos amigos. Una vez que se fueron, a las 2 de la tarde, nuestro plan era sacarnos la ropa y quedarnos así hasta que los chicos volviesen a las 10 del día siguiente. Como ya íbamos a tener un tiempo sin ropa más largo, y aún cuando en los momentos más apasionados sabíamos que no podíamos estar haciendo el amor 20 horas seguidas, pudimos pasarlo más tranquilos

.Lavé ropa, vimos una película, leímos, y charlamos. Salimos a cenar usando ropa muy suelta para mantener en lo posible la sensación de estar desnudos. Y ni bien llegamos a casa, nos la sacamos. Por la mañana hicimos el desayuno y leímos el diario.. Este experimento de fin de semana fue una transformación. De golpe, la ropa se sentía como una restricción. Yo quería estar desnuda, y quería hablar sobre esto.
Tony y yo charlamos sobre la experiencia, pero nos sentíamos como el ciego que guía a los ciegos. ¿Cómo se sienten otras personas? ¿Cuáles eran sus experiencias?

Descubrí en internet una lista de correos, y me suscribí. La miré por una semana, y luego me zambullí con una pregunta sobre protector solar. Y pasó algo maravilloso: Me dieron la bienvenida al grupo como un amigo especial.

De golpe, pude preguntar todo lo que quería, y la gente respondía, completa y honestamente. Empecé a escribirme con algunos miembros por fuera de la lista, con gente que compartía muchos de mis pensamientos y preguntas. Mi mundo nudista se expandió fuera de mi dormitorio, y de golpe, al mundo.

Pasé de no conocer a ningún nudista a conocer cientos. Fue fantástico. Mientras tanto, Tony
y yo continuamos explorando nuestro tiempo juntos desnudos. Tenemos afuera una tina caliente y una ducha. En lugar de salir corriendo a vestirnos al salir de una de ellas, nos quedábamos sobre las reposeras y dejábamos que el aire nos secase. (Los árboles y una cerca nos dan privacidad)

.Empezamos a cenar desnudos ocasionalmente. Yo me ví todas las finales de la NBA sin
ropas, y no en el dormitorio.

En junio viajamos a Denver. Hicimos un trato que en cuanto entrásemos a la habitación del hotel, nos sacábamos la ropa. Y qué haríamos en una tarde libre fue muy importante para nosotros. Decidimos visitar el Mountain Air Ranch, un resort nudista. ¿Cuán importante se estaba volviendo el nudismo para mí?

Todo lo que había leído era cierto: El ir a Mountain Air me puso muy nerviosa al principio, pero eso pasó rápido. Nadie se preocupó de cómo nos veíamos o quienes éramos, pero todos eran amistosos. En pocos minutos nos sentimos relajados y cómodos. Cuando un compañero nos habló de "nosotros" como nudistas, me dí cuenta que sí, pertenezco a este grupo.
Soy una nudista.

Empecé a pensar en el nudismo como parte de mi vida. Quería tener oportunidades de estar desnuda con otros, y no sólo en un viaje. Todavía me sorprendo cuán lejos y rápido me transformé.

Al principio me intrigaba la idea de un crucero nudista o unas vacaciones -- una ocasión especial una vez al año. Después de ir a Mountain Air, me di cuenta que me gustaría estar desnuda más seguido, pero eso era todavía en la categoría de la recreación. Ahora entiendo que necesito estar desnuda. A veces es una necesidad física, otras, un alivio de tensiones.

La desnudez con otros es muy divertida, pero la desnudez en el hogar con la familia es también muy importante para mí.

Mi proceso de ser nudista no está todavía completo. Habrá más para aprender e incorporar a mi vida. Espero visitar distintos clubes y resorts, y conocer otros nudistas.

Pero una cosa tengo clara: El nudismo es ahora parte de mi vida. Una amiga comentó
recientemente sobre mi condición de nudista novicia, y la corregí gentilmente: "No soy novicia, sólo nudista. Una vez que lo haces, ya lo sabes, muy dentro tuyo está la fibra de tu cuerpo despojado de ropajes"
Mary.