La experimentación tiene forma humana

 

Por Ulises Velázquez


Arte y cuerpo han sido indisolubles desde que el homo sapiens sapiens tiene conciencia plena de si mismo. Los mejores ejemplos se nos ofrecen en el arte rupestre de cualquier parte del mundo.

Tomando en cuenta la historia; hoy en día es difícil plantearse proyectos -que puedan innovar- en cuanto a cómo percibimos a un ser humano desnudo dentro de un marco estético racional, independientemente de su género y preferencias emblemáticas; sin embargo siempre habrán aquellos mujeres y hombres que se arriesguen a hacerlo.

Después de lo vivido en la ciudad de México el 6 de mayo del 2007 y de entre dieciocho mil adultos, el arquitecto y artista plástico Iván Brondo decidió iniciar una aventura: Hacer converger a individuos que por causalidad estuvieron juntos ese mismo día sin haberse conocido; pero ahora lo harían para concebir fenómenos artísticos partiendo desde cero. Consiguiendo entonces coincidir con escritores, intelectuales, psicólogos, artistas, maestros, terapeutas, musicólogos, líderes y personas con gran experiencia de vida

 

En un principio existió una reflexión basada en un ejercicio, uno muy simple: redescubrir al mundo a

través de la percepción de un ciego, preguntándonos ¿Qué perspectiva tiene un invidente acerca de su propia desnudez y la de otros? ¿Cómo hacer tangible esa emoción? No se trataba tan sólo de cubrirse lo ojos, sino de intentar ser empático con otra realidad. “Permitiéndose el confluir de la magia y la fantasía; la sorpresa y el encuentro”. Todo esto desde el primer planteamiento en la disertación de Brondo.


Así pues, se pasó de una primera experiencia común: la de ser un objeto referencial dentro de una obra “pública”, para iniciar entonces un nuevo proceso aún mas íntimo y expansivo, que ha ido de la mano de psicólogos, terapeutas y artistas escénicos; buscando siempre interiorizar una sensación que, posteriormente, será llevada a un registro o imagen bidimensional.

Los primeros resultados del colectivo son, en mucho, un lugar común en la historia de la fotografía de desnudo. No podría ser de otra forma porque se busca ir evolucionando de a poco , porque –además- existe la clara idea estética de ser capaces de crear –colectivamente- imágenes aún mas complejas, en sus planteamientos, para concebirlas menos autocomplacientes y más conceptuales.

Hilvanar un proyecto de vida de este tipo resulta toda una empresa, esta va contracorriente de los prejuicios, incertidumbres o temores… pero más aun de la propia autocensura.

El miedo al cuerpo siempre va a ser el mismo, es igual, tanto en nudistas habituales como en aquellos a los que el nudismo resulta algo diferente a sus estilos de vida; sin embargo, unos y otros confluyen por voluntad propia a una convocatoria que les puede proveer de una experiencia enriquecedora; la cual está basada en el mejor entendimiento de uno mismo, la aceptación de nuestras propias envolturas y una mejor correlación con las de otros; todo en un marco de cordialidad ¿suena ajeno esto en los objetivos del nudismo?

La única diferencia es que en el Colectivo de Cuerpos Desinhibidos existe un dispositivo óptico que va haciendo un registro intelectualizado y estético. Esta diferencia es una de las máximas por lo novedosa que resulta en relación a otros procesos creativos, es decir, que nadie tiene un status marcado sobre los demás: directores, coordinadores, creadores de imágenes y participantes se encuentran en las mismas condiciones: desnudos de mente y cuerpo. Interactuando estrechamente.

Uno de los mayores peligros es cuando -a estas convocatorias abiertas- acuden aquellos que buscan otro tipo de experiencias, sobre todo sexuales o de depredación. Pero en la inteligencia de grupo combinada -que b busca hacerse sólido- es la que puede identificar a estos elementos inmediatamente para ser expulsados; la armonía se restablece y se escucha: Estamos los que debemos estar.


Siempre es más fácil satanizar o rechazar algo que no conocemos o no entendemos, pero, de igual manera, queda la posibilidad de romper nuestros propios paradigmas cerebrales para permitirnos participar, experimentar, vivenciar y, entonces, hacer otro tipo de argumentaciones por más controvertidas que parezcan.

Seguramente todo aquel que se sienta como un nudista “experimentado” alguna vez dudó en hacerlo, quizá en su primera ocasión y vaciló sobre las consecuencias de sus actos, pero sin embargo, todo aquel que ha tomado esta actividad como parte de su cotidiano menciona una palabra clave absoluta: Libertad o liberación.

Cuando uno ha decidido a experimentarlo -por fin- le es complejo, pues se pone en juego el tener que reconocer que en la vida no todo es blanco o negro; más aún cuando podemos reconocer que todos nosotros –potencialmente- tenemos deseos similares, desde los mas sublimes hasta los mas obscuros; no obstante, a lo largo de nuestras existencias, hemos podido formarnos un criterio para decidir que tomamos o ejercemos para nuestro propio desarrollo humano.

El arte es parte de eso mismo, es un eterno auto cuestionamiento lleno de procesos emocionales e intelectuales. Por ello las dinámicas que ya se han establecido dentro del Colectivo Cuerpos Desinhibidos son para ir de la mano de uno o varios psicoterapeutas, ellos son los que van dirigiendo la entrada, desarrollo y cierre de cada proyecto; pues al final todo procura ser una acción consensuada, sea que se aborden valores positivos o contradictorios, pero siempre en sincronía de artistas escénicos y plásticos, todos en las mismas condiciones y al unísono.

Entre todos se da vida a un violento dragón, el cual se va domando a partir de sensaciones nuevas e historias conjuntas, dándole nuevo hogar en objetos bidimensionales donde cada uno pasa a formar parte del mismo.

No hay nada nuevo bajo el sol, pero si maneras de vivirlo en primera persona.

Ulises Velázquez
Febrero del 2008

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